Un Valencia en racha
El Espanyol mereció mucho más ante un rival con suerte que se dejó dominar
El equipo che venció ayer al Espanyol y sigue con su formidable racha de victorias, a pocos puntos del Barcelona. Ayer, sin embargo, el Espanyol mereció más, pues su rival se dejó dominar durante largos momentos de un intenso partido.
La suerte del campeón ante el infortunio de un equipo que lo hizo todo para ganar y acabó cayendo sin excusas después de estrellar dos balones en los palos. La eficacia de un conjunto enrachado y con gol ante un rival que encadena dos partidos sin puntuar y sin ver puerta, pese a que ayer dispuso de un sinfín de ocasiones. Así podría resumirse el Espanyol-Valencia, que ofreció ilusión y frustración a partes iguales a una afición blanquiazul empeñada en seguir creyendo.
Los de Marcelino García Toral siguen imparables y superan sus propios récords para consolidarse como la gran sorpresa de la temporada, el único equipo que a estas alturas es capaz de mantener el pulso al Barcelona a una semana de que el líder visite Mestalla. El Espanyol, que ayer ofreció lo mejor de sí mismo para enfervorecer a su afición, se quedó una jornada más en blanco. Ni la anhelado titularidad de Sergio García resultó suficiente.
Apostó Marcelino por administrar fuerzas y jugadores y ayer se presentó en Cornellà con un equipo con hasta tres sorpresas, y a la ya previsible ausencia de Zaza añadió las de Guedes y Carlos Soler. Tres piezas fundamentales en este equipo que, salvo sorpresa, sí estarán dentro de una semana para recibir a los blaugrana en un duelo que promete. Y el Valencia, ciertamente, poco tuvo que ver con ese equipo que se mantiene invicto esta campaña.
De entrada, porque en lugar de jugar su partido se dejó hacer ante un Espanyol que pronto tomó las riendas del partido y a los 3 minutos de juego ya disponía de su primera ocasión, servida por un Sergio García extramotivado a quien sólo le faltó el gol.
El ariete catalán vio cómo Quique Sánchez Flores atendía su reivindicación y no sólo lo alineó de inicio, sino que lo ubicó allí donde puede ofrecer más: arriba, haciendo pareja con Gerard Moreno. Para ello no dudó en dejar en la banda a Baptistão y a Jurado en el banquillo. Un planteamiento, sin embargo, que el técnico tuvo que rehacer en apenas un cuarto de hora de juego, cuando Baptistão se tuvo que retirar tras sentir un pinchazo. Quique, sin embargo, apostó por dejar en punta a Sergio García.
Sin dos de los tres hombres que dirigen el juego valencianista desde su zona de creación, al Espa-
nyol le bastó con anular a Parejo para desdibujar totalmente a un rival al que dominó a placer. Hasta el punto de que un Marcelino especialmente alterado por lo que estaba viendo ya se pudo dar con un canto en los dientes por acabar el primer periodo con su portería a cero. El juego y las ocasiones fueron locales.
El técnico valencianista, sin embargo, decidió mantener sus planes tras la reanudación, quien sabe si ante la incapacidad manifiesta del Espanyol de marcar al arco iris. Y sólo decidió empezar a mover el banquillo cuando varios de sus hombres se arriesgaban a la expulsión en su intento de contener los ataques blanquiazules como fuese. Al final, el que acabó expulsado fue él mismo ante su cúmulo de protestas y, en principio, no estará en el banquillo de Mestalla el próximo domingo.
El partido llegó así hasta ese punto en el que el Espanyol acabó pagando su incapacidad para hacer buena esa ley no escrita de que, quien perdona, la acaba pagando. Primero fue Kondogbia quien recogió un rechace en la frontal para romper las redes de Pau. Después, Santi Mina no desaprovechó un error de Víctor Sánchez en una mala cesión al meta local para acabar de poner las cosas en su sitio y desafiar al Barça.