Repárate tú mismo
Usuarios de un centro de salud mental enseñan a vecinos a ‘salvar’ teles y secadores
Usuarios de un centro de salud mental de l’Hospitalet de Llobregat enseñan a vecinos a salvar electrodomésticos como televisores y secadores.
Es casi emocionante conseguir con tus manos –y la ayuda de uno de los diez usuarios del centro de salud mental Benito Menni en l’Hospitalet– que ese secador que de repente dejó de funcionar en su posición más potente, vuelva a mover con todo su brío el pelo. Y aún más si lo que vuelve a estar en marcha es aquel viejo y voluminoso televisor. O la impresora aparcada desde hace un par de años. Porque, quién se atreve a abrirlo ¿eh? Y si se logra este reto, ¿quién consigue mirar dentro y no sentirse perdido?
En el centro de salud mental de la calle Ramón y Cajal de l’Hospitalet han abierto un taller en el que diez pacientes del servicio sanitario de la puerta de al lado se ocupan de dirigir los pasos a los novatos en esto de reparar pequeños electrodomésticos y todo tipo de electrónica portátil. No son un servicio de reparaciones, no quieren entrar en competencia con los profesionales, sino un servicio entre vecinos. Gratis y en manos de voluntarios. Aunque en esta ocasión los voluntarios son personas con unos problemas de salud mental que les han dejado fuera de la vida corriente en muchas ocasiones o de forma permanente.
Los objetivos del taller son compartidos por los que enseñan y los vecinos: para ser más autónomos, para reciclar, para no desechar tanto, para proteger el futuro. Por eso, lo primero que enseñan al que llega con su pieza estropeada es cómo abrirla. Le ayudan con el diagnóstico y luego le echan una mano con sus enchufes, sus alicates, sus destornilladores con una enorme variedad de puntas –“es que los fabricantes ponen cada tornillo... parece que no quieran que los abramos”–, sus soldadores, y, sobre todo, su conocimiento de lo que suele haber ahí dentro. Si le falta una resistencia o una pieza fácil de reemplazar, le envían a comprarla y luego siguen. A veces la reparación va más despacio y necesita más sesiones.
El ingeniero en electrónica Gabriel Martínez, uno de los responsables de proyecto Reparat Millor que Nou que puso en marcha el Àrea Metropolitana de Barcelona en la calle Sepúlveda, es el director técnico de la experiencia. Los diez voluntarios, actualmente sólo hombres, habían manifestado su interés electrónico, así que se formaron durante doce semanas. También pasaron por el servicio de Reparat Millor... para aprender a resolver cómo atender al público, hasta dónde había que ayudar en la reparación, cómo se enseña a otro...
¿Lo mejor?, de momento “una enorme satisfacción de conseguir que las cosas funcionen y de ser útil a otros”, señala el psicólogo Alberto García Cámara, responsable del invento. Llevó la idea a la comisión de innovación de Benito Menni Complex Assistencial en Salut Mental, entidad que reúne varios hospitales y servicios comunitarios de atención a personas con enfermedades mentales. Aceptaron que esa idea permitiría a muchos de los usuarios del centro ser más autónomos, resolver problemillas continuos que se presentan en casa. Eso, cuando menos.
La mayoría vive en casa. Solos. Y a menudo, sin red. Sin familia. Con pocos conocidos. “Así que este taller es un buen puente social, una herramienta para mantenerse en comunidad y sintiéndose útil”, explica el psicólogo. Allí entra una anciana con un DVD estropeado y espera un adolescente al que sus auriculares le fallan intermitentemente. Han descubierto que sus pacientes no son en absoluto los únicos aislados y sin red. El local está situado junto al puente de la Torrassa, y en este área de l’Hospitalet hay mucha población que vino de otros países, que vive en condiciones muy precarias, con desarraigos importantes. Y conviven con otros muy mayores también muy precarios y solos. Parece que todos pueden sacar partido de la iniciativa.
“Es un reto dinámico, porque no basta con aprender a arreglar cosas una vez. Las impresoras de hace tres años no se parecen a las de ahora”, apunta Alberto García. También está vinculado con otra iniciativa prelaboral de otros pacientes que van al taller a aprender electrónica y trato con el cliente.
“Es emocionante sentirte útil, que sabes hacer algo, que aportas a los otros”. De momento, funciona de lunes a jueves de 3 a 7 de la tarde.
El proyecto ofrece más autonomía a los pacientes quienes, a su vez, dan un servicio a los vecinos