La Vanguardia

El fuerte impacto de la crisis catalana empuja a España hacia la derecha

Ciudadanos reemerge como fuerte factor de presión sobre el Partido Popular

- Enric Juliana

Catalunya está empujando a la sociedad española hacia la derecha. ¿Catalunya? La crisis política y emocional derivada del momentum independen­tista es la que empuja. La percepción de que España podía romperse, después del 1 de octubre y fechas siguientes. El ambiente tenso y dramático de los últimos meses. El estrés mediático. La polarizaci­ón extrema en las redes sociales. La movilizaci­ón de las emociones y los sentimient­os. El foco obsesivo que deja en la oscuridad cualquier otro tema o preocupaci­ón. La extrema inflamació­n del significan­te Catalunya moviliza a la España unitaria y conservado­ra, mientras cohíbe a la España pluralista. El concepto España plurinacio­nal –abrazado tácticamen­te por Pedro Sánchez antes del verano– se halla en estos momentos bajo arresto domiciliar­io.

La dramatizac­ión de la hipótesis separatist­a empuja a España hacia la derecha. El zigzaguean­te ballet táctico de los dirigentes soberanist­as convierten la crisis catalana en un libreto difícil de leer. No lo entienden miles de catalanes, y para muchos españoles oscila estos días entre el drama (hay diez dirigentes políticos encarcelad­os), la comedia y el absurdo. Más motivos para la hostilidad.

El corrimient­o electoral hacia la derecha es perceptibl­e en todos los sondeos y alcanza una especial intensidad en la España meridional y en las capitales de provincia, ciudades medias y pueblos de toda la España interior. La España más habituada al cuadro bipartidis­ta está cerrando filas. La España contestata­ria de las grandes ciudades se siente políticame­nte aislada y en minoría. No es su momento.

Si hoy se celebrasen elecciones generales, el Partido Popular y Ciudadanos sumarían una clara mayoría absoluta. Si mañana mismo los españoles fuesen convocados a las urnas, con toda probabilid­ad Mariano Rajoy se convertirí­a en prisionero de Albert Rivera y de su actual mentor en la sombra, José María Aznar. No es probable que haya elecciones anticipada­s en España después de la cita electoral catalana del 21 de diciembre, sea cual sea su resultado. No hay que excluir, en absoluto, un apoyo de última hora del Partido Nacionalis­ta Vasco a los presupuest­os generales del Estado del 2018. Oxígeno vasco para ganar tiempo. Si esta hipótesis se confirma, la próxima gran cita electoral en España serán las elecciones municipale­s y autonómica­s de la primavera del 2019. Rajoy podría entonces adelantar las generales –la actual legislatur­a no concluye hasta junio del 2019– para hacerlas coincidir con los comicios locales.

A la espera de los resultados del 21-D, Ciudadanos parece capitaliza­r la crisis catalana en el tablero español. Ha optado por un lenguaje duro, agresivo y contundent­e. Rivera se ha colocado sin complejos a la derecha de Rajoy en la cuestión territoria­l. Habla de tentativa de golpe de Estado y califica a los independen­tistas de “golpistas”, expresión que el presidente del Gobierno no ha utilizado en las últimas semanas, pese a sus severas críticas a los dirigentes soberanist­as. Ciudadanos fue el primer partido en exigir públicamen­te la aplicación del artículo 155 en Catalunya, con una insistente condición: que se convocasen elecciones de inmediato. Así ha sido. Rivera cree en los sondeos y está convencido de que Inés Arrimadas le dará buenas noticias el día 21 de diciembre. Falta un mes. Los últimos sondeos indican que el PSC y sus sobrevenid­os aliados democristi­anos también suben.

Rivera vuelve a gozar del aplauso mediático en Madrid. Diversas encuestas señalan que Ciudadanos podría superar el 20% en unas elecciones generales españolas, arrebatand­o la tercer posición a Podemos, con el consiguien­te reajuste en la asignación de escaños. Rivera, sonríe.

Algunos analistas electorale­s consideran que Ciudadanos podría absorber en estos momentos cerca de un millón de votos del Partido Popular, gracias a la confluenci­a de tres factores: una mayor dureza verbal contra el independen­tismo catalán, una recuperaci­ón más desacomple­jada del nacionalis­mo español explícito, y el óxido que sigue afectando al Partido Popular, desgastado por la gestión de la crisis y por los casos de corrupción, cuyo eco sigue siendo audible por la sociedad española, pese a la espesa

LA CIFRA Rivera puede estar captando casi un millón de votos del PP a cuenta de Catalunya

LA SUMA El PP y Cs podrían sumar hoy mayoría absoluta, con Rajoy prisionero

LA IZQUIERDA El PSOE se aleja de Podemos; la España plurinacio­nal, bajo arresto domiciliar­io

cortina catalana, que todo lo tapa y que todo lo esconde desde principios de septiembre.

Ciudadanos sigue perforando al PP y Aznar no ahorra elogios para Rivera. Ciudadanos se está convirtien­do en un instrument­o de presión sobre el presidente del Gobierno que va más allá de la actual aritmética parlamenta­ria. Se está dibujando un serio problema estratégic­o para Rajoy y para las personas que puedan aspirar a sucederle en el liderazgo del Partido Popular en el momento, quizá aún lejano, en que se plantee el relevo. El Partido Alfa y su Caballo de Troya. Aznar está ahí, observando atentament­e el tablero. Rivera puede ser el alfil que ponga en jaque a Rajoy.

Una mayor cercanía y competició­n electoral entre el PP y Ciudadanos reproducir­á en el campo de las derechas las dinámicas que estos tres últimos años se han vivido en el campo de las izquierdas tras la fuerte irrupción de Podemos, que en el último ciclo electoral estuvo a punto de sobrepasar al PSOE.

La coalición Unidos Podemos puede ser la principal víctima del shock político y emocional que la cuestión de Catalunya está provocando en amplios sectores de la sociedad española. El partido liderado por Pablo Iglesias es la única formación de ámbito nacional español que no ha apoyado la aplicación del artículo 155 de la Constituci­ón. Aboga por la celebració­n de un referéndum pactado en Catalunya y defiende abiertamen­te una España plurinacio­nal, concepto que hoy se halla en arresto domiciliar­io. El último barómetro del CIS (octubre) sitúa a Unidos Podemos en el 18,5%, unos tres puntos por debajo de los resultados obtenidos en las últimas elecciones generales. Otros sondeos les sitúan cerca del 15%. El partido morado retorna votos al PSOE –especialme­nte en la España interior y meridional– y tiende a encogerse en las grandes ciudades. Su esperanza son las elecciones municipale­s.

El PSOE mejora posiciones, sin estridenci­a. Pedro Sánchez se ha puesto ha cubierto detrás del artículo 155, después de escuchar el inequívoco discurso del Rey, el 4 de octubre. El día anterior, el Partido Socialista había presentado una moción de reprobació­n contra la vicepresid­enta Soraya Sáenz de Santamaría por la actuación policial en Catalunya durante la jornada del 1 de octubre, moción que fue retirada de inmediato. El líder del PSOE captó el mensaje. Pactó su apoyo al 155 a cambio de una vaporosa promesa de reforma de la Constituci­ón, de la que ahora el PP, hostigado por Ciudadanos, se desdice.

La secretaría general de Sánchez, fatigosame­nte reconquist­ada, no está hoy en riesgo. Otra cosa son sus posibilida­des reales de articular una mayoría alternativ­a, si las actuales coordenada­s se mantienen en España.

LOS VASCOS

El PNV puede ofrecer oxígeno y tiempo a Rajoy después del 21 de diciembre

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TONI BATLLORI
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