Tráfico zanjará por decreto el conflicto de los examinadores
La dirección general de Tráfico (DGT) parece haber renunciado a las conversaciones con los examinadores de tráfico para acabar con una huelga que va ya para los seis meses y quiere obligar a esos funcionarios, por decreto, a cumplir un 50% de los servicios mínimos durante las jornadas de paros. Así lo anunció ayer Gregorio Serrano, director de la DGT, después de destacar la “nula intención” de los examinadores a negociar una solución al conflicto, que desde el pasado mes de junio ha obligado a suspender cerca de doscientas mil pruebas prácticas para obtener el carnet de conducir.
El director de la DGT añadió que ese decreto entrará en vigor el próximo mes de diciembre si los examinadores (piden un incremento de 250 euros al mes) continúan con su huelga.
De esta manera las autoridades de tráfico confían en minimizar los perjuicios que esos paros están causando desde hace casi seis meses a miles de personas que quieren sacarse el carnet de conducir. Una realidad especialmente dañina con los aspirantes que necesitaban esa licencia para acceder a un puesto de trabajo.
Los examinadores, que rechazaron hace unos días por una abrumadora mayoría (98%) la última oferta lanzada por la DGT, mantienen convocados los paros todos los lunes, martes y miércoles. La mayoría de esos días es raro que acudan a la cita de los exámenes la mitad (es lo que ahora exigirá Tráfico por decreto) de los casi ochocientos examinadores en nónima. Estos no se mueven de su postura y reiteran que el incremento de sueldo que reclaman les fue ya prometido por el Gobierno español hace tres años.
Estos funcionarios recuerdan a Serrano los riesgos y condiciones precarias de un trabajo que para ellos exige una gran responsabilidad y que consideran muy mal pagado. Así se recoge en un escrito publicado el lunes en el blog de Asextra (la asociación que aglutina a los examinadores) en el que estos funcionarios relatan cómo es una jornada en su trabajo. Invitan al director de la DGT a que se suba con ellos en un coche cuando toca examen práctico. Y le recuerdan que de estos examinadores “depende que pongamos en la calle a un conductor bien formado o a un peligro al volante”. También recalcan cómo su integridad física está en peligro en numerosas ocasiones por maniobras incorrectas del alumno al que tienen que evaluar.