Carátulas de museo
La muestra acerca algunas de las portadas más famosas de la historia de la música
La fundación Foto Colectania acoge hasta marzo una muestra de 250 portadas de discos que llevan el sello de nombres como Robert Frank, Richard Avedon, Annie Leibovitz, Irving Penn o Andy Warhol.
La exposición Total records. Vinilos y fotografía es una atractiva invitación a hurgar tras lo evidente: la estrecha, íntima, relación que ha existido entre la fotografía y la música. Un encuentro que se materializa en una selección de 250 portadas de discos de vinilo, y que se podrá disfrutar en la sede de la fundación Foto Colectania hasta el 11 de marzo.
Insignes artistas y/o fotógrafos como Robert Frank, Richard Avedon, Annie Leibovitz, Helmut Newton, Irving Penn, Jean-Baptiste Mondino o Andy Warhol son algunos de los nombres propios que arman la muestra auspiciada por el festival Les Rencontres de la Photographie de Arlés y comisariada por su director, Sam Stourdzé, el coleccionista Antoine de Beaupré y Serge Vincendet. De Beaupré explicó ayer durante la presentación barcelonesa de la muestra que el hilo conductor de la misma es mostrar el trabajo de esos gloriosos fotógrafos a través de los vinilos, “porque la mayoría de ellos en algún momento de su vida hicieron alguna portada de disco, ya fuera por encargo, por amistad o por vocación”.
Aparte de atractivo estético de la obra en sí misma, la exposición –que obvia discográficamente otras músicas– revela la “relación de un fotógrafo con un grupo de música en ocasiones podía llegar a ser tan intensa que llegaba a forjar su imagen de marca”. En cualquier caso, Total records exhibe este tipo de alianzas tan sorprendentes como fructíferas, una buena ristra de vinilos legendarios y no menos cantidad de rarezas y piezas tan extravagantes somo fascinantes. En este sentido se puede ver un insospechado y alambicado Helmut Newton retratando a los australianos INXS, o a primeras figuras de revistas tipo Vanity Fair como Annie Leibovitz o Herb Ritts inmortalizando a Madonna y a Cindy Lauper.
Otros cotizados de la cámara como Jeff Wall dejaron su impronta en algún álbum de Iggy Pop, o como William Klein, que sacó un primer plano inolvidable de Serge Gainsbourg. Las cimas de este tipo de tándems, con todo, son las que se establecieron entre la estrafalaria Grace Jones y Jean Paul Goude en la carátula de Island life (1985), o entre dos genios como Miles Davis e Irving Penn en aquella joya discográfica titulada Tutu (1986). Según Serge Vincendet –amazónico coleccionista y propietario de la referencial tienda de discos parisina Montser Melodies– el poder de algunas portadas es indiscutible en la carrera de los músicos afectados: “hay casos como Depeche Mode o U2 que no sé si hubieran tenido tan buena acogida desde el principio si no les hubiese acompañado una imagen tan potente como las de las portadas”, o también que “si los vinilos se siguen comprando, muchas veces es más por la fuerza de la portada que por la música”.
De lo que no cabe ninguna duda es de la identificación de los autores de algunas portadas con ciertos grupos o solistas. Casos icónicos como el de Andy Warhol, ya sea a través de su espectacular portada para el álbum Sticky fingers de los Rolling Stones (la entrepierna en tejanos de Joe Dallesandro) o de la que acogió al estreno discográfico de The Velvet Underground & Nico con un impresionante plátano amarillo. Por
En ‘Total records. Vinilos y fotografía’ brillan Avedon, Warhol, el sello Blue Note o David Bowie
no hablar de la que firmó Iain Macmillan en 1966 fotografiando a los cuatro Beatles cruzando la mítica Abbey Road.
La exposición se adapta a los espacios que la acogen en cuanto a piezas expuestas, indicó el máximo responsable de Foto Colectania, Pepe Font de Mora, que añadió que además de los apartados ya habituales en la muestra (que ya se ha podido contemplar en Arlès, Budapest, Zurich, Berlín y China) en la de cita Barcelona hay dos novedades: una sección dedicada al vinilo español y otra con piezas de la colección Gladys Palmera centradas en la música y la fotografía cubanas entre 1940 y 1960. En el primer apartado, somero tanto cualitativa como cuantitativamente, hay fotografías para portadas de singles y algún elepé de Javier Vallhonrat (Tequila), Toni Catany (Serrat, María del Mar Bonet), Alberto García-Alix (Pistones, Los Coyotes, Camarón), Oriol Maspons (Tete Montoliu), Leopoldo Pomés (Raimon) o el tándem Marta Sentís–María Espeus (Companyia Elèctrica Dharma).
La exposición formalmente se estructura en secciones temáticas como fotos originales realizadas ex profeso para las portadas (el
Horses de Patti Smith, de Robert Mapplethorpe; o Debut, de Björk, y Lovesexy, de Prince, ambas de Mondino) o la denominada “Reapropiación subliminal”, en la que se comprueba como grupos y cantantes recurren a imágenes ya existentes para crear potentes identificaciones con su música (el Rain dogs de Tom Waits o The first
of a million kisses, de Fairgorund Attraction). Otras son más monotemáticas, como las focalizadas en Warhol, David Bowie, el sello Blue Note, Jean-Paul Goude (integramente volcado en Grace Jones), el ingente Richard Avedon (firmó más de un centenar de vinilos en sesenta años para todo tipo de estrellas) o el colectivo británico Hipgnosis, que alumbró pequeñas joyas de Led Zeppelin o A saucerful of secrets, Ummagumma
y Atom heart mother, de Pink Floyd.