Indignidad policial en Madrid
El derecho a la libertad de expresión no es absoluto: su límite aparece cuando se vulneran los derechos de otras personas. Es lo que ocurre con el chat de policías locales de Madrid en el que se amenaza a la alcaldesa Manuela Carmena y a periodistas como Ana Pastor, se lanzan mensajes vejatorios contra los inmigrantes y se alaba la figura de Adolf Hitler, haciendo apología del nazismo. La publicidad de los mensajes del grupo de policías, que arrancó como un canal de reivindicaciones laborales, no puede ser entendida en ningún caso como una filtración interesada ni se puede alegar que están sacados de contexto, como pretenden defender la mayoría de los sindicatos policiales. Los ciudadanos esperan que quien ostenta el monopolio de la fuerza actúe con responsabilidad también fuera de servicio, sin apriorismos y mucho menos planteamientos delictivos. Quizás sea un grupo no representativo de la policía de Madrid, pero hay que atajar estas conductas antes de que el daño a la dignidad del cuerpo sea irreparable.