La Vanguardia

“Juega cada día: serás más feliz y alargarás tu vida”

Tengo 61 años. Soy de Barcelona. Soy autor de juegos, estudioso de los juegos y divulgador de la cultura del juego. Estoy casado, sin hijos. Soy de izquierdas. ¿Creencias? Creo en las personas. He creado medio centenar de juegos: prensa, tableros, dados,

- VÍCTOR-M. AMELA

Qué es jugar? Pasar un rato con alguien que te gusta haciendo algo que te gusta y fuera de tu vida rutinaria. ¿Cuándo empezó la humanidad a jugar? Jugábamos primero a perseguirn­os, a hacer puntería, a tirarnos piedras... Luego, a contarnos historias y representa­rlas, que es ya jugar: actuar y jugar son la misma palabra (jouer,

play...) en varias lenguas.

Juego de rol es redundante, pues.

Un juego teatral en el que cada actor de la obra se entera sobre la marcha de su guión.

¿Por qué jugamos a juegos de mesa?

Retarnos nos estimula. Hay retos intelectua­les, como el ajedrez, e imaginativ­os, competitiv­os, colaborati­vos...

¿El ajedrez es el juego más viejo?

El más universal, pero tiene sólo mil años. Nace en India, pasa por Persia y llega por un lado a Occidente, y por otro a China (xiangxi )yJapón (shogi). Y no tenía dama.

¿No?

La dama o reina se introduce en Europa hace sólo 500 años: consulte El libro de ajedrez, dados y tablas (1283), de Alfonso X el Sabio.

¿Cuál es el juego de mesa más antiguo? El juego real de Ur, ¡de hace 4.600 años! Un tablero de casillas taraceadas con lapislázul­i, nácar y maderas nobles, fichas y dados tetraédric­os, con aspecto de backgammon: apareció en una tumba real asiria.

Parece un juego refinado.

Es complejo, sí. Antes de eso, en África, se jugaba al mancala: juegos de cálculo con semillas y guijarros.

¿A qué juego llevamos más años jugando?

Dados aparte, el go: hace 3.000 años se jugaba en China, ¡y sigue jugándose en todo el mundo! El campeón mundial es un coreano, y ahora acaba de vencerle un ordenador.

¿Por qué menciona esta derrota?

Al campeón mundial de ajedrez Kaspárov le venció un ordenador hace ya veinte años: aunque el go parezca más simple, es más impredecib­le que el ajedrez.

¿Qué país es el más juguetón?

Alemania. Son caseros y les gusta juntarse a jugar. Han instituido el Spiel des Jahres, el Oscar de los juegos: cada año premian uno.

¿En qué consiste el premio?

En el prestigio: el juego premiado pasa a vender 200.000 ejemplares. Y tienen la Feria del Juego de Essen: acuden 150.000 personas y pagan 15 euros. ¡Una pasión colectiva! Noto admiración o cierta envidia... ¡Ya me gustaría eso aquí! Jugar es como leer, con dos diferencia­s: que no estás solo y que te pasan cosas a ti, no a un personaje ficticio.

¿Qué beneficios reporta jugar?

Juega un poco cada día, tu vida será más placentera, la alargarás. ¡O una sesión semanal, al menos! El niño que juega es más feliz. Y más sociable, empático y desprendid­o.

Y aprende a perder y a ganar.

Lo que no es nada baladí. Si juegas con un niño, ¡nada de dejarte ganar!

¿Por qué no, pobre?

Queriendo protegerle, le desprotege­s: cuando pierde aprende más de la vida que cuando gana. Pero antes de perder o ganar, está aprendiend­o a escuchar, a entender unas normas, a ser igual a los otros jugadores.

Sólo mientras dura el juego...

El juego, mientras dura, ¡es el mundo! Una burbuja fuera del mundo corriente. Dicho esto, me disgusta lo de “juego educativo”.

Explíquese.

El juego no es un medio, es un fin: jugar es jugar, es divertirse. Si además sirve para aprender algo..., está bien como efecto colateral benéfico.

¿A qué jugaba usted de niño?

A la Barricada, un parchís con una ficha de madera para frenar a los adversario­s. Y al Scotland Yard, juego de cooperació­n para cazar al asesino: ¡ganaba yo siempre!

¿A qué juego le da más rabia perder?

Al juego de cartas Eleusis: por inducción, debes descubrir una regla secreta escrita por otro jugador. ¡Este juego, para mí, es el Gran Juego! Pero tras veinte años jugándolo con el mismo grupo, estoy contrariad­o: aún no he llegado a dominarlo.

¡Las cartas! ¿Quién las inventó?

Los chinos, en el siglo XII, y llegan a Europa en el año 1360 ¡por el puerto de Barcelona!

De ahí derivará el póquer...

El único juego que no tiene gracia sin dinero: yo uso fichas por valor de un céntimo, así no hay grandes descalabro­s. Y lo que ganamos lo acumulamos para una cena. Por lo demás, apostar dinero no es jugar. La lotería tampoco es jugar.

Yo jugué mucho al Monopoly.

El Monopoly nace tras la crisis de 1929, como ilusión de riqueza extractiva. Lleva vendidos 300 millones de tableros, pero decrece ante los juegos de negociació­n.

¿Qué juego de mesa está de moda?

El Catán: los jugadores colonizan una isla, y todos tienen algo y les falta algo, así que es indispensa­ble el trueque y negociar para sobrevivir. Y si acumulas, puedes perderlo todo si al tirar los dos dados te sale un 7.

Bien diseñado.

Lo inventaron dos alemanes hace diez años, y ya lleva 30 millones de unidades vendidas. La filosofía de este juego de moda es irrebatibl­e: ¡negociar o perecer!

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XAVIER CERVERA

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