La Vanguardia

Tras el corazón verde de Cuba

- Texto: Neus Duran

Si le pedimos a cualquier persona que cierre los ojos y responda a la pretunta “¿Para ti, de qué color es Cuba?”, el 90% nos responderá, probableme­nte, que azul, y estará pensando – lícitament­e– en sus playas turquesa, entre las mejores del planeta. Pero el alma de la isla, la Cuba interior, es de un intenso verde. Vegetación exuberante, plantacion­es de tabaco y café, cascadas entre el boscaje y casas campestres de coloridas paredes con mecedoras de madera en los porches, todo eso es el corazón de la llamada “perla de las Antillas”. Aventurars­e a descubrir los enclaves naturales del interior, varios de ellos declarados Patrimonio Mundial de la Unesco, es descubrir otra de las múltiples facetas de este país.

EL VALLE DEL SILENCIO

El valle de Viñales, al oeste de La Habana, es uno de los más impresiona­ntes. Tras unos días en la bulliciosa capital, descubrien­do su historia única, su arquitectu­ra colonial y el célebre malecón, podemos dirigirnos a esta región para sumergirno­s en el mundo del cultivo del tabaco y de los campesinos cubanos. Aquí, la vida tiene otro ritmo, mucho más relajado.

Una excursión a caballo es una de las formas más prácticas y atractivas de descubrir el valle, en el que veremos palmeras, cascadas y cuevas. Pero, por encima de todo, en el paisaje destacan los particular­es mogotes, elevacione­s de roca caliza propias de la zona, con forma cónica y punta redondeada y cubiertas de espesa vegetación.

Otras propuestas atractivas son degustar el cerdo asado típico, practicar la escalada o nadar en las piscinas naturales. Si nos interesa la espeleolog­ía, estamos de suerte, porque en los últimos años está muy en boga en la región, plagada de cuevas. Entre las más interesant­es están la cueva del Indio y la gran caverna de Santo Tomás, una de las mayores del continente, con kilómetros y kilómetros de galerías.

Finalmente, no podemos irnos de Viñales sin visitar alguna plantación de tabaco, en las que aprenderem­os el proceso de fabricació­n de este producto, uno de los más vinculados a la historia y la economía cubanas. La mayor parte del cultivo se concentra en el valle del Silencio, salpicado de casitas de campo con porches, donde los locales se sientan a disfrutar de un ambiente que parece sacado de otras épocas.

ALDEA SOSTENIBLE

Si llegamos a Viñales desde La Habana, merece la pena detenernos en la Comunidad de las Terrazas, la primera aldea sostenible de la isla, un enclave ecológico que reúne a bohemios, artistas y agricultor­es. Es también un excelente destino donde practicar senderismo entre plantacion­es de café y frondosa vegetación. En la ruta encontramo­s otros atractivos, como el orquideari­o de Soroa, con centenares de especies diferentes de estas plantas exóticas. A los amantes del ron, en cambio, probableme­nte les interesará hacer una parada en la fábrica Guayabita del Pinar, donde se produce esta bebida, cerca de Viñales.

EL NICHO, PARAÍSO NATURAL

Otra región de la Cuba interior que no podemos perdernos es El Nicho, en el Parque Natural de Collantes. Este pequeño edén está ubicado a 56 km de Cienfuegos, una de las ciudades más cosmopolit­as de la isla, que merece una visita por su centro histórico, de clara influencia francesa. Una vez en el parque, lo más impresiona­nte son sus cascadas de aguas cristalina­s y sus piscinas naturales, de las que, si llegamos a primera hora del día, podremos disfrutar casi en solitario. El parque, que se recorre a través de un sendero natural, está también plagado de cuevas y de fauna y flora autóctonas.

PLANTACION­ES HISTÓRICAS

La ciudad de Trinidad es el punto de partida para visitar el valle de los Ingenios. Elegantes mansiones coloniales y calles empedradas nos darán la bienvenida a la llamada Ciudad Museo de Cuba, que vivió su época álgida de la industria azucarera en el siglo XIX. Su historia ha determinad­o también los alrededore­s de la urbe, con paisajes marcados por el cultivo de la caña de azúcar.

Aquí encontrare­mos las ruinas de una docena de complejos azucareros con sus antiguos almacenes, barracones de esclavos y maquinaria histórica. Manaca-Iznaga, con su torre campanario, Buena Vista, Delicias o Guáimaro, que alberga el Museo del Azúcar, son algunas de las mejor conservada­s. Pueden alquilarse bicicletas o caballos para recorrer el valle, pero, sin duda, la forma más llamativa de hacerlo es tomando el tren de vapor de 1919 que cada día parte de Trinidad y para en algunos de los enclaves más interesant­es. Darse un baño refrescant­e en la cercana cascada de Jabira es una forma perfecta de terminar el recorrido y nuestra ruta por la Cuba más verde.

 ??  ?? El Nicho es un enclave del Parque Natural de Collantes.
El Nicho es un enclave del Parque Natural de Collantes.
 ??  ?? Viñales es uno de los escenarios naturales más espectacul­ares de la isla.
Viñales es uno de los escenarios naturales más espectacul­ares de la isla.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain