El SPD alemán se aviene a negociar con Merkel
Schulz responde a presiones para que facilite algún gobierno
La presión sobre los socialdemócratas del SPD, ejercida desde varios ámbitos, para que contribuyan a que la democristiana Angela Merkel, canciller en funciones, pueda formar un gobierno que garantice la estabilidad de Alemania, empieza a tener consecuencias. El líder socialdemócrata, Martin Schulz, que tras las elecciones del pasado 24 de septiembre anunció que el SPD pasaba a la oposición, condensó ayer en un tuit la nueva postura del partido. El cambio vino después de ocho horas de reunión de sus dirigentes –acabada en la noche del jueves al viernes–, que siguieron al encuentro de Schulz esa misma tarde con el presidente federal, Frank-Walter Steinmeier.
“En un dramático llamamiento, el presidente federal ha emplazado a los partidos a conversaciones –dice el tuit de Schulz–. No nos negaremos a ello. Si eso nos llevara a participar de alguna manera en algún tipo de formación de gobierno, los militantes del SPD lo votarán”. El tuit llegó tras una breve rueda de prensa de Martin Schulz en la Willy-Brandt-Haus, sede berlinesa del partido, en la que abundó en ese mensaje. El líder del SPD no habló de tiempos concretos.
En todo caso, que los militantes socialdemócratas voten para sancionar un acuerdo de coalición no es novedad. Ya lo hicieron en diciembre del 2013 para ratificar la Grosse Koalition con los conservadores que ha gobernado en la pasada legislatura: votaron 369.680 de los 474.820 afiliados que había entonces, y el 75,96% votó sí, frente al 23,95% que votó en contra.
La actual decisión de modificar la rotunda negativa inicial a negociar se gestó no sólo por el llamamiento del jefe del Estado, quien procede de la socialdemocracia, y que el lunes se había pronunciado contra unas elecciones anticipadas, opción que tanto Schulz como Merkel decían preferir. Hubo más apelaciones. Schulz dijo en la rueda de prensa que en los últimos días había recibido numerosas llamadas de “nuestros amigos europeos” que expresaban su preocupación por la situación en Alemania tras el fallido intento de formar gobierno de conservadores, liberales y verdes. Schulz señaló que su partido actuaría con responsabilidad.
Por lo pronto, el presidente Steinmeier reunirá la semana que viene en el palacio de Bellevue, sede de la presidencia de la República, a Merkel, Schulz y Horst Seehofer, líder de la socialcristiana CSU, el partido hermano de la CDU de Merkel. Según Der Spiegel, la reunión podría ser el próximo jueves.
Los socialdemócratas coreaban ayer que su apertura a entablar negociaciones no implica que vayan a reeditar una Grosse Koalition (abreviada GroKo). En medios políticos se airea cada vez más una posible coalición entre la CDU/CSU de Merkel y Alianza 90/los Verdes, con el SPD comprometido desde fuera a no torpedear su labor de gobierno. Cosas de la jerga política germana: a ese combinado se le está llamando GroKoLight, por cuanto la implicación ligera del SPD haría que no fuera una auténtica coalición Kenia, como se conoce por sus colores a la que uniría al SPD (rojo), a la CDU/CSU (negro) y a los ecologistas (verdes), como en la bandera keniana. Es una coalición improbable, que ha surgido en circunstancias extremas: el año pasado en el land de Sajonia-Anhalt, el SPD se desplomó y la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) entró en el Parlamento regional. Socialdemócratas, democristianos y ecologistas se unieron entonces en una coalición Kenia.
Las circunstancias actuales a ni- vel federal también son excepcionales. Con todo, los verdes dijeron ayer que rechazan una coalición de ese tipo, pero eludieron especificar si les parecería bien gobernar en minoría con Merkel. Las negociaciones podrían alargarse, pues la Constitución alemana no fija plazos para la formación de gobierno tras unas elecciones. Desde que el nuevo Bundestag se constituyó el pasado 24 de octubre, Merkel y su Ejecutivo ejercen en funciones.
La apertura del SPD a negociar de nuevo constituye un revés interno para Martin Schulz, partidario de que el partido se tomara un respiro en la oposición, después de la flaca cosecha de votos (20,5%) en las últimas elecciones con él como candidato a la Cancillería, el peor resultado del partido desde la reunificación de Alemania en 1990. Además, Schulz debe afrontar un decisivo congreso los días 7, 8 y 9 de diciembre para ser reelegido como líder del SPD.
El socialdemócrata dice que la militancia votará sobre participación en un Ejecutivo, pero votar eso no es novedad