Al H3N2 no le gusta el huevo
La efectividad de la vacuna antigripal 2016-2017 fue inferior a la esperada frente a uno de los virus de la vacuna, el H3N2 (20%-25% de protección en los grupos de riesgo). Dos investigaciones recientes atribuyen esta pérdida de efectividad a un cambio menor del virus H3N2 durante el proceso de producción de la vacuna en huevos de gallina. Los virus H3N2 no crecen bien en estos huevos y por ello desarrollan una mutación adaptativa.
Como resultado, los antígenos obtenidos (el material para hacer la vacuna) inducen la producción de anticuerpos que no reconocen bien los virus circulantes. Dicho de otra forma, para fabricar la vacuna de la gripe empleamos un virus de color rojo que permitirá producir antígenos que, tras vacunarnos, inducirán la producción de anticuerpos frente a virus rojos (rojo neutraliza bien a rojo).
Sin embargo, para poder crecer en el interior del huevo, el virus rojo se decolora espontáneamente (mutación) y se transforma en un virus de color naranja. La vacuna se fabrica con estos antígenos de color naranja y el resultado es que, tras vacunarnos, producimos anticuerpos naranjas. Cuanto los anticuerpos naranjas se enfrentan al virus circulante de la gripe H3N2, que sigue siendo rojo, su capacidad de neutralización es inferior (naranja no neutraliza tan bien a rojo) y la vacuna funciona peor de lo esperado.
El componente del virus H3N2 incluido en la vacuna este año es el mismo que el del año pasado y, por ello, es esperable que pueda repetirse una situación similar de baja efectividad de la vacuna.
En el lado positivo, la efectividad de la vacuna frente a las cepas de gripe H1N1 y la cepa B es muy probable que siga siendo buena esta temporada.