La nueva entrega de ‘Malas compañías’ analizará la corrupción en Catalunya
Cristina Pardo vuelve con dos entregas el martes y el miércoles próximos
Tras los buenos datos cosechados con la entrega dedicada a la Comunidad Valenciana, las
Malas compañías de Cristina Pardo regresan el martes y miércoles próximos a La Sexta con dos programas que abordan historias anónimas de corrupción en Catalunya. “En el primer programa analizamos todo lo que rodea al 3%, aunque hay gente que nos han confesado que han cobrado comisiones de hasta el 20%, y el segundo se centrará en los Pujol”, adelanta la periodista.
Pardo comenta precisamente sobre los Pujol que le sorprendió encontrarse con bastantes dificultades para grabar porque mucha gente no quería colaborar al conocer sobre qué trataba el reportaje. “Cuando fuimos, por ejemplo, a un pueblo donde tiene una casa un hijo de los Pujol nadie nos quería señalar dónde estaba la vivienda”, explica. También le sorprendió encontrar incredulidad sobre la culpabilidad de los Pujol: “Decía un informe de los Mossos que los Pujol se autodenominaban la Sagrada Família y creo que para mucha gente aún es así. No se creen que Pujol sea un corrupto pese a haber admitido fraude fiscal”.
Malas compañías también aborda el caso Palau, sobre el que aún no hay sentencia, “pero sí se han admitido muchos asuntos porque ha habido un pacto con el fiscal y lo que hemos querido hacer es centrarnos en casos menos conocidos, con gente anónima que tiene menos miedo de hablar que otros que se encuentran más altos en el escalafón. Para mí, es la parte más interesante del programa”.
¿Ha encontrado diferencias entre la corrupción que se produce aquí y la de otros lugares? “A la hora de dis- traer el cielo, los políticos son poco imaginativos en todas partes. Al final, lo de engordar facturas y cobrar comisiones es bastante parecido. Pero es verdad que en la Comunidad Valenciana la corrupción era un poco más estrafalaria y se hacía más ostentación, mientras que en Catalunya los casos son más sibilinos, más basados en las influencias”, comenta.
Una de las historias que más le han llamado la atención es la de una persona que trabajó en la empresa pública de vivienda social que se adjudicó un piso porque se había echado novia y necesitaba un sitio íntimo. “A medida que explicaba la historia se iba metiendo en más jardines y no sé hasta qué punto saldrá ileso del programa”, apunta.
Pardo confirma que habrá tercera temporada de Malas compañías, pero no adelanta a qué comunidad afectará. No descarta abordar en un futuro la corrupción en la Comunidad de Madrid, aunque señala un pequeño problema para ello: “Todo está demasiado abierto, cada día salen novedades y hay que esperar un poquito a que todo repose para saber dónde dirigirnos. Yo me dedico a la información del PP y ya no sé cuántas campañas están en cuestión”, admite.