Cómo empezó la fiebre del planeta rojo
Tres hombres desataron la fiebre de Marte a finales del XIX. En 1877, el astrónomo Giovanni Schiaparelli aventuró una primera descripción del planeta rojo y dijo haber vislumbrado unas estructuras rectilíneas que llamó canali. Aunque él se refería a formaciones naturales, la traducción llevó a pensar en infraestructuras hidrológicas cuya construcción habrían exigido una inteligencia planificadora. Cinco años después, el también astrónomo Richard A. Proctor siguió el mismo camino y publicó un artículo en The Times, “Canales en el planeta Marte”, que revolucionó la Real Sociedad Astronómica de Londres. En 1894, Percival Lowell, rico aficionado a la astronomía, construyó un gran observatorio en Arizona que le permitió hacer observaciones y escribir un libro, Marte, con apetitosas informaciones... y generosas dosis de imaginación: lo del planeta vecino ya no eran sólo canales artificiales, sino una exuberante y promisoria vegetación. Un nuevo mundo, vaya.