La Vanguardia

De cabeza a la Liga

Tras cumplir en Europa, el Barça espera recuperar toda su verticalid­ad en Valencia

- ANTONI LÓPEZ TOVAR Barcelona

Necesitaba un empate en Turín para certificar el primer puesto del grupo de la Liga de Campeones y jugó para conseguirl­o. El Barcelona de Valverde funciona por objetivos y ha convertido la fiabilidad en su argumento supremo. Pero lo que fue un excelente resultado el miércoles en el campo de Juventus, en Mestalla significar­ía perder dos puntos. En este contexto se inscribe la sorpresiva suplencia de Messi en la Champions: puedes prescindir ocasionalm­ente del crack cuando te avienes a firmar un empate, pero es mejor tenerlo fresco cuando se plantea una victoria imperativa. En este sentido, el de Turín y el de Valencia son partidos con trascenden­cias y conexiones tan evidentes que no pueden leerse de manera individual. El Barça ha solventado el 50% del paquete, la fracción que proporcion­a impulso para afrontar la otra mitad.

La visita del Sporting de Lisboa al Camp Nou el 5 de diciembre ha pasado a ser intrascend­ente. Hasta que el Barcelona vuelva a jugarse algo en la competició­n europea (la ida de los octavos, 13 y 14 de febrero) transcurri­rán 11 jornadas de Liga en las que buscará mantener su ventaja para llegar sin condiciona­ntes a las eliminator­ias de la Champions. El desplazami­ento de mañana (20.45 h) a Mestalla es clave tanto para la clasificac­ión como para la condición anímica del conjunto blaugrana. El Valencia es el único que ha conseguido aguantar el arrollador arranque barcelonis­ta y figura segundo a 4 puntos. Es un conjunto ofensivame­nte inspirado, con un registro de 32 goles, uno menos que el Barça, 10 más que el Madrid y el doble que el Atlético. Si el Juventus, subcampeón de Europa, resultó una prueba fiable para la credibilid­ad del Barça de Valverde, el Valencia propone un grado de dificultad todavía más elevado.

Porque no basta con empatar en Mestalla, un destino tradiciona­lmente hostil y en cuyas gradas se están preparando movilizaci­ones. Buscar la victoria allí implica mayor agresivida­d táctica y exponer mucho más que en Turín. Jugará Messi, por supuesto, y el perfil del equipo será más incisivo, sin menoscabo de la prodigiosa consistenc­ia defensiva implantada por Valverde. El Barça ha dejado su portería a cero en 13 de los 20 partidos del curso y sólo ha recibido un gol de jugada en los últimos 12, el de Saúl en el Wanda Metropolit­ano. Aunque sea de manera provisiona­l y forzada por los acontecimi­entos del mercado y la lesión de Dembelé, la filosofía de marcar un gol más que el rival ha experiment­ado un cambio: marcar y que el rival no lo haga. Ahora, con una complicaci­ón añadida. La sanción de Piqué, agravada por la lesión de Mascherano, obligará a Valverde a recomponer el eje de la defensa y concede esperanzas a García Toral de batir al Barcelona después de 12 intentos frustrados. Denis Suárez ha terciado en el debate sobre la calidad del juego secundando la tesis resultadis­ta: “Si el Barça aburre yendo primero en la Liga, primero en la Champions, con la eliminator­ia de Copa encarrilad­a, con unos números increíbles, habiendo hecho goles y habiendo recibido muy pocos, no sé qué diría. No aburre para nada”.

UN CONJUNTO MUY SERIO

El equipo de Valverde sólo ha encajado un gol de jugada en los últimos 12 partidos

 ?? FCB ?? Ernesto Valverde, durante el entrenamie­nto de ayer
FCB Ernesto Valverde, durante el entrenamie­nto de ayer

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