La Vanguardia

Rubia de profesión

-

Vive en un rancho en California y tan sólo aparece de vez en cuando en alguna serie de televisión

Mary Cathleen Collins nació en 1956 en Long Beach (California, Estados Unidos). Cuando tenía 16 años conoció a John Derek con quien se casó en 1976. Entonces cambió de imagen, se tiñó el pelo de rubio y adoptó el nombre artístico de Bo Derek. El público la conoce especialme­nte por el bikini y las trenzas que lució en 10, la mujer perfecta, una película de Blake Edwards de 1979 que se convirtió en mítica. Cumplidos los 61, vive en un rancho de Los Ángeles, prácticame­nte retirada, a excepción de alguna aparición televisiva. Cultiva la afición por los caballos y se dedica a la defensa del medio ambiente. También apoya al Partido Republican­o, es amante de la caza y pertenece a la Asociación Nacional del Rifle.

Los padres de la futura actriz y de sus tres hermanos –Paul Collins, vendedor ambulante, y Norma, peluquera y maquillado­ra de artistas– se divorciaro­n. Ella fue a la escuela en el cercano barrio de Harbor City. Siendo adolescent­e, abandonó los estudios sin saber exactament­e lo que quería hacer. Se pasaba el día en la playa, haciendo surf y tomando el sol. Cuando su madre se enteró montó en cólera y regresó un tiempo a la escuela. Muy pronto John Derek se la llevó a Grecia para convertirl­a en protagonis­ta de su película Fantasies que no se estrenó hasta 1981. Cuando la rodó era menor de edad. Cumplidos los 18 edad, la pareja regresó a los Estados Unidos donde se pudieron casar. Él, que había estado unido antes a Ursula Andress y Linda Evans, tenía 49 años y ella 19.

Encasillad­a en los papeles de mujer sexi en todas sus facetas, Bo Derek ha explotado ante las cámaras su generosa anatomía, de estatura discreta. Destaca sobre todo por su mirada cautivador­a, los pómulos rosáceos y el peinado africano que le da un aire exótico muy propio. La película de Edwards, en la que Bo Derek tan sólo sale durante diez minutos, la convirtió en un icono del cine erótico blando y por su actuación fue nominada a un Globo de Oro. Su marido la dirigió otra vez al cabo de poco en Tarzán, el hombre mono, en la que se exhibía con poca ropa en plena selva. La película cosechó malas críticas pero buenos recaudos en taquilla. Los centímetro­s de ropa de la actriz fueron menguando. Desde 1980, su esposo la fotografió en cinco ocasiones para la revista Playyboy.

En 1984 el matrimonio Derek fabricó otra cinta, especialid­ad de la casa, Bolero. En esta ocasión, la producción norteameri­cana fue rodada en España y contó con la participac­ión de Ana Obregón. La escena de la artista montando a pelo un caballo recordaba la secuencia de un antiguo anuncio de brandy español. Desde entonces la pasión por los caballos no ha abandonado a la actriz que posee ejemplares de raza andaluza. La presencia junto a animales, no obstante, se remonta a 1977 cuando Derek actuó brevemente en la película de terror Orca, la ballena asesina, de Dino de Laurentiis, junto a Richard Harris y Charlotte Rampling.

Quizá cansada de interpreta­r papeles de mujer deseada, Bo Derek también probó géneros como el cine de acción y el de terror. A partir del 2000 fue decantándo­se por las series de televisión en las que tuvo más o menos presencia. En el 2006 consiguió un papel fijo en Fashion house y en el 2012 participó en un capítulo de CSI Miami. La última aparición de la actriz ha sido en la saga Sharknado 3, en el 2015. Se trata de una producción de serie B, de argumentos proclives al desastre y la destrucció­n.

Bo vivió junto a John hasta que este falleció en 1998 de una insuficien­cia cardiaca. Al cabo de poco, conoció a John Corbett, intérprete del personaje seductor en Sexo en Nueva York. Tiene cuatro años menos que ella, aún mantienen la relación y de momento no piensan casarse. En su momento vendió la granja que tenía con su difunto marido y vive desde entonces en un rancho california­no en Santa Ynez, junto a su hermana, su cuñado y sus dos sobrinos que para ella son los hijos que no ha tenido nunca.

Bo Derek ha visitado con frecuencia España. No siente angustia por vivir alejada de la profesión y conserva la belleza profesiona­l que la encumbró, los ojos verdes, el pelo platino, el cuerpo cuidado y la sonrisa franca.

 ??  ?? ARCHIVE PHOTOS / GETTY
ARCHIVE PHOTOS / GETTY
 ?? PASCAL LE SEGRETAIN / GETTY ?? Arriba, con las célebres trenzas africanas en 10, la mujer
perfecta, de 1979. Abajo, en Montecarlo el pasado junio
PASCAL LE SEGRETAIN / GETTY Arriba, con las célebres trenzas africanas en 10, la mujer perfecta, de 1979. Abajo, en Montecarlo el pasado junio

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain