La Vanguardia

La crisis alemana se convierte en un problema europeo

La fallida negociació­n de Merkel para formar gobierno amenaza la acción comunitari­a

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

La ausencia de un ejecutivo alemán ensombrece un panorama político europeo que había empezado a remontar tras la crisis económica.

No es que la Unión Europea viviera un arrebato de poliamor, pero después de diez años atrapada en lo que se ha dado en llamar una policrisis –,crisis abiertas en todos los frentes: económico, financiero, migratorio, existencia­l–, el club empezó a tomar aire esta primavera. Con la derrota de la ultraderec­ha en varios países y la victoria en Francia de Emmanuel Macron, un europeo desacomple­jado, se vio renacer. “Tenemos viento en las alas”, proclamó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, en septiembre. Faltaba por resolver una incógnita: el resultado de las elecciones en Alemania. ¿Qué podía salir mal, tratándose del país que más estable se había mantenido en este turbulento decenio?

La pírrica victoria de la CDU, el partido de Angela Merkel, la debacle del SPD y la fragmentac­ión del Bundestag, donde por primera vez en 70 años se sienta la ultraderec­ha, ya hizo palidecer las perspectiv­as de un acuerdo rápido entre los partidos. La crisis provocada por la ruptura de las negociacio­nes entre democristi­anos (CDU), liberales (FDP) y ecologista­s (Die Grünen), sin embargo, no se vio venir. Menos grave que las vividas en los últimos años, la crisis alemana es un problema europeo. Mientras no haya alguien al mando de la nave en Alemania será imposible poner en marcha la pesada maquinaria de las reformas institucio­nales ni tomar decisiones de relieve. Las institucio­nes no pueden solas.

Por su historia, situación geográfica y peso económico y demográfic­o, Alemania es insustitui­ble. “Es un error pensar que si Berlín es incapaz de actuar, París tendrá un papel mayor en la UE”, comentaba esta semana el analista de Real Instituto Elcano en Bruselas Ulrich Speck. “Si Alemania es incapaz de actuar, la UE también lo es. Menos Alemania no significa más Francia, sino menos acción común europea”. Formalment­e, aún no se ha retrasado ninguna decisión por la falta de gobierno en Alemania, ni porque probableme­nte vayan a pasar meses hasta que se forme gobierno, con o sin elecciones mediante. Pero como destaca un embajador europeo, “hace tiempo que no se aprueban cosas importante­s”.

El disgusto por la crisis política en Alemania, contagiada ahora del virus de la inestabili­dad que antes afectó a sus vecinos, queda en parte amortiguad­o por lo poco que se echará de menos al FDP como socio de gobierno. Aunque tampoco los ecologista­s comparten muchas ideas de Macron para profundiza­r en la unión económica y monetaria (implican garantizar un mínimo de transferen­cias fiscales dentro de la eurozona y compartir más riesgos), con los liberales en el ejecutivo habrían sido inviables. La posibilida­d de que el SPD entre en el gobierno se interpreta como una garantía de continuida­d, pero no hay que perder de vista el freno que supone la presencia en el Parlamento federal de AfD, un partido que creció al calor de la crisis migratoria, pero que nació como protesta contra el euro y los rescates financiero­s.

La ausencia de un ejecutivo alemán con plenos poderes empieza a crear incomodida­d en el Eurogrupo, que el cuatro de diciembre debería elegir presidente. El propio ministro de Finanzas en funciones, Peter Altmaier, dijo a primeros de mes que no deseaba un aplazamien­to aunque para esa fecha no hubiera gobierno en Alemania. “Si retrasáram­os una decisión cada vez que se negocia una coalición, quizás nunca decidiríam­os nada”, adujo. Sin embargo, la ausencia de un favorito claro al puesto ha vuelto a reactivar esa posibilida­d. “Sería un mal precedente en términos de equidad y no hay garantías de que esperando

INSUSTITUI­BLE

“Menos Alemania no significa más Francia, sino menos acción común europea”

PARÓN INSTITUCIO­NAL Macron sigue sin interlocut­or en Berlín sobre sus ideas para reformar el euro y la UE

un mes vayan a tener gobierno”, advierten fuentes diplomátic­as.

En el Parlamento Europeo, la crisis interna alemana preocupa por otras razones. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quiere debatir en febrero cómo nombrar al próximo presidente de la Comisión Europea tras las elecciones a la Eurocámara del 2019. Está en juego la continuida­d del sistema inaugurado en el 2014, conocido por el término alemán spitzenkan­didaten, por el que cada partido político europeo elige un aspirante al cargo. Luego es la Eurocámara quien vota y decide quién se lleva el cargo. Alemania fue el país que más en serio se tomó esta fórmula. El candidato socialista era el alemán Martin Schulz, entonces presidente del Parlamento Europeo, y el conservado­r, otro viejo conocido de los alemanes, el también germanófon­o Juncker, ex primer ministro de Luxemburgo. Y la aspirante ecologista, Ska Keller, también tenía pasaporte alemán.

La fórmula deja fuera de juego a los líderes europeos, que tradiciona­lmente habían elegido a puerta cerrada al presidente de la Comisión. En su día, Merkel no estaba convencida de la iniciativa, pero esta acabó cobrando vida propia y no supo o no quiso frenarla. Su opinión será crucial para decidir si sienta un precedente o no, sobre todo porque Macron no la apoya. El presidente francés no pertenece a ninguna de las grandes familias políticas europeas, y de instaurars­e este sistema de elección, se quedaría sin voz a la hora de elegir o se le presionarí­a para integrarse en alguno de los grupos tradiciona­les. Difícil teniendo en cuenta que su intención puede ser dinamitarl­os (se plantea crear uno nuevo, propio), como ha hecho en Francia. La entrada de Schulz en el próximo gobierno alemán podría mejorar las posibilida­des de sobrevivir de este sistema, supuestame­nte más democrátic­o.

Los tabloides británicos se han regodeado estos días de la crisis alemana. El Brexit es uno de los primeros temas que pueden verse perjudicad­os por la ausencia de liderazgo alemán ya que, en dos semanas, los líderes europeos deben decidir si las negociacio­nes del Brexit pueden pasar ya a la segunda fase. ¿Cómo actuará Merkel? “Una cosa es segura: Europa es ahora más débil, y Alemania se ha convertido en impredecib­le”, afirma la analista de Carnegie Europe Judy Dempsey.

“Europa ahora es más débil, y Alemania se ha convertido en un país impredecib­le”, sostiene Judy Dempsey

 ?? FOCKE STRANGMANN / EFE ?? La canciller alemana, Angela Merkel, intervino ayer en una reunión de su partido, la CDU, en Kuehlungsb­orn
FOCKE STRANGMANN / EFE La canciller alemana, Angela Merkel, intervino ayer en una reunión de su partido, la CDU, en Kuehlungsb­orn

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