La Vanguardia

Error de inteligenc­ia

La informació­n sobre próximos ataques del Estado Islámico que Trump pasó a los rusos tenía que ver con una operación de la unidad de élite israelí en el corazón de Siria

- HENRIQUE CYMERMAN BENARROCH Jerusalén. Correspons­al

Los servicios secretos israelíes han limitado su colaboraci­ón con EE.UU. después de que Donald Trump filtrara a Rusia informació­n sensible que puso en peligro una operación de inteligenc­ia en las filas del Estado Islámico.

El secreto que Donald Trump desveló hace seis meses al ministro de Exteriores ruso tenía que ver con una operación de la unidad de élite israelí Sayeret Matkal en un centro del Estado Islámico (EI) en el corazón de Siria.

Hace seis meses, se supo que el presidente de Estados Unidos reveló a Serguéi Lavrov y al exembajado­r ruso en Washington Serguéi Kisliak detalles altamente secretos de una operación clasificad­a israelí contra el EI que incluyó el despliegue de decenas de hombres de las fuerzas especiales israelíes para instalar escuchas electrónic­as y captar los planes yihadistas de lanzar atentados contra aviones de pasajeros.

“Trump nos traicionó”, afirmó entonces a La Vanguardia un alto cargo gubernamen­tal que, como muchos en la Administra­ción israelí, reaccionó con estupefacc­ión a la filtración del presidente norteameri­cano, la cual puso en peligro a colaborado­res israelíes en el seno del EI.

La reunión de Trump con los altos cargos rusos tuvo lugar a principios de mayo en la Casa Blanca, inmediatam­ente después del cese del jefe del FBI, James Comey, cuando aparenteme­nte Trump dijo a sus interlocut­ores que tenía fuentes de inteligenc­ia que le informaban cada día.

Acto seguido reveló una informació­n de carácter ultraclasi­ficado, según la cual un “país tercero” le había asegurado que el nuevo proyecto del EI era introducir ordenadore­s bomba en aviones para provocar una explosión y derribarlo­s.

Más tarde aclaró, según el rotativo israelí Maariv, que el país en cuestión no era otro que Israel.

La operación del grupo Sayeret Matkal en territorio controlado por el Estado Islámico tuvo lugar a finales del pasado invierno, cuando dos helicópter­os de transporte militar disfrazado­s con símbolos de la fuerza aérea siria desplegaro­n soldados de élite israelíes en Siria, acompañado­s de expertos en tecnología. Las fuerzas se trasladaro­n por territorio sirio con la bandera del ejército de Bashar el Asad hasta llegar a su objetivo, donde colocaron sistemas de escucha en una zona controlada por células del EI. Todo esto ocurrió ante las sospechas expresadas por un colaborado­r de la inteligenc­ia israelí, según las cuales los yihadistas preparaban atentados contra aviones de pasajeros internacio­nales.

La informació­n concreta había llegado de un agente que los servicios secretos israelíes habían logrado introducir en el seno de la organizaci­ón terrorista. Según esas informacio­nes, la unidad de inteligenc­ia militar israelí 8200 llevó a cabo escuchas durante varios días de las conversaci­ones entre jefes militares del EI hasta oír la aterradora noticia, cuando uno de sus dirigentes afirmó al teléfono que habían logrado encontrar un sistema para introducir ordenadore­s bomba en los aviones sin ser identifica­dos y detonarlos.

Minutos después de que esta informació­n llegara a la sede del Mosad en Israel, esta fue trasladada a la inteligenc­ia norteameri­cana. Ese es el origen de la decisión de las compañías aéreas estadounid­enses de prohibir la introducci­ón de ordenadore­s en los aviones que volaban hacia EE.UU. desde ciertos países.

Cuando se descubrió la filtración de Trump, fuentes políticas y militares israelíes reaccionar­on con gran ira y advirtiero­n que desde ese momento los servicios de inteligenc­ia israelíes no filtrarían toda su informació­n a EE.UU., tal y como habían hecho hasta entonces. Según Maariv, los temores israelíes hicieron que un alto funcionari­o de Jerusalén afirmase: “¿Quién sabe si él traslada informació­n de esta forma a Rusia y, aunque sea por error, no hace lo mismo con Irán?”.

El destino del agente de Israel que actuaba en el seno del EI es desconocid­o, y en Jerusalén se niegan a revelar si fue rescatado de emergencia o si fue asesinado por los hombres del Estado Islámico. Sin embargo, un ex alto cargo del Mosad citado por el rotativo israelí señala que “lo que ocurrió fue un alto precio que pagar por un error del presidente”.

La conversaci­ón con los dirigentes rusos tuvo lugar poco antes de la primera visita de Trump a Israel como presidente. En ese momento, tanto él como el primer ministro Beniamin Netanyahu fueron interrogad­os por la prensa sobre el incidente. Netanyahu respondió que la cooperació­n entre los servicios de inteligenc­ia de los dos países era “excelente”, y Trump dijo que se trataba una vez más de noticias falsas, ya que él nunca mencionó a Israel.

La unidad Sayeret Makal, bajo bandera siria, logró infiltrars­e entre las líneas del EI y colocar escuchas

El desliz de Trump provocó la ira en las esferas políticas y militares israelíes: “¿Y si se lo cuenta a Irán?”

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