Error de inteligencia
La información sobre próximos ataques del Estado Islámico que Trump pasó a los rusos tenía que ver con una operación de la unidad de élite israelí en el corazón de Siria
Los servicios secretos israelíes han limitado su colaboración con EE.UU. después de que Donald Trump filtrara a Rusia información sensible que puso en peligro una operación de inteligencia en las filas del Estado Islámico.
El secreto que Donald Trump desveló hace seis meses al ministro de Exteriores ruso tenía que ver con una operación de la unidad de élite israelí Sayeret Matkal en un centro del Estado Islámico (EI) en el corazón de Siria.
Hace seis meses, se supo que el presidente de Estados Unidos reveló a Serguéi Lavrov y al exembajador ruso en Washington Serguéi Kisliak detalles altamente secretos de una operación clasificada israelí contra el EI que incluyó el despliegue de decenas de hombres de las fuerzas especiales israelíes para instalar escuchas electrónicas y captar los planes yihadistas de lanzar atentados contra aviones de pasajeros.
“Trump nos traicionó”, afirmó entonces a La Vanguardia un alto cargo gubernamental que, como muchos en la Administración israelí, reaccionó con estupefacción a la filtración del presidente norteamericano, la cual puso en peligro a colaboradores israelíes en el seno del EI.
La reunión de Trump con los altos cargos rusos tuvo lugar a principios de mayo en la Casa Blanca, inmediatamente después del cese del jefe del FBI, James Comey, cuando aparentemente Trump dijo a sus interlocutores que tenía fuentes de inteligencia que le informaban cada día.
Acto seguido reveló una información de carácter ultraclasificado, según la cual un “país tercero” le había asegurado que el nuevo proyecto del EI era introducir ordenadores bomba en aviones para provocar una explosión y derribarlos.
Más tarde aclaró, según el rotativo israelí Maariv, que el país en cuestión no era otro que Israel.
La operación del grupo Sayeret Matkal en territorio controlado por el Estado Islámico tuvo lugar a finales del pasado invierno, cuando dos helicópteros de transporte militar disfrazados con símbolos de la fuerza aérea siria desplegaron soldados de élite israelíes en Siria, acompañados de expertos en tecnología. Las fuerzas se trasladaron por territorio sirio con la bandera del ejército de Bashar el Asad hasta llegar a su objetivo, donde colocaron sistemas de escucha en una zona controlada por células del EI. Todo esto ocurrió ante las sospechas expresadas por un colaborador de la inteligencia israelí, según las cuales los yihadistas preparaban atentados contra aviones de pasajeros internacionales.
La información concreta había llegado de un agente que los servicios secretos israelíes habían logrado introducir en el seno de la organización terrorista. Según esas informaciones, la unidad de inteligencia militar israelí 8200 llevó a cabo escuchas durante varios días de las conversaciones entre jefes militares del EI hasta oír la aterradora noticia, cuando uno de sus dirigentes afirmó al teléfono que habían logrado encontrar un sistema para introducir ordenadores bomba en los aviones sin ser identificados y detonarlos.
Minutos después de que esta información llegara a la sede del Mosad en Israel, esta fue trasladada a la inteligencia norteamericana. Ese es el origen de la decisión de las compañías aéreas estadounidenses de prohibir la introducción de ordenadores en los aviones que volaban hacia EE.UU. desde ciertos países.
Cuando se descubrió la filtración de Trump, fuentes políticas y militares israelíes reaccionaron con gran ira y advirtieron que desde ese momento los servicios de inteligencia israelíes no filtrarían toda su información a EE.UU., tal y como habían hecho hasta entonces. Según Maariv, los temores israelíes hicieron que un alto funcionario de Jerusalén afirmase: “¿Quién sabe si él traslada información de esta forma a Rusia y, aunque sea por error, no hace lo mismo con Irán?”.
El destino del agente de Israel que actuaba en el seno del EI es desconocido, y en Jerusalén se niegan a revelar si fue rescatado de emergencia o si fue asesinado por los hombres del Estado Islámico. Sin embargo, un ex alto cargo del Mosad citado por el rotativo israelí señala que “lo que ocurrió fue un alto precio que pagar por un error del presidente”.
La conversación con los dirigentes rusos tuvo lugar poco antes de la primera visita de Trump a Israel como presidente. En ese momento, tanto él como el primer ministro Beniamin Netanyahu fueron interrogados por la prensa sobre el incidente. Netanyahu respondió que la cooperación entre los servicios de inteligencia de los dos países era “excelente”, y Trump dijo que se trataba una vez más de noticias falsas, ya que él nunca mencionó a Israel.
La unidad Sayeret Makal, bajo bandera siria, logró infiltrarse entre las líneas del EI y colocar escuchas
El desliz de Trump provocó la ira en las esferas políticas y militares israelíes: “¿Y si se lo cuenta a Irán?”