La Vanguardia

Un notario francés en el inmobiliar­io

- ROSA SALVADOR Barcelona

Josep Poch es socio de la inmobiliar­ia de lujo Prestige Real Estate y de la máster franquicia para España y Andorra de Coldwell Banker. En 1989, sin embargo, era notario en Francia, en Montpellie­r: una profesión exitosa y de prestigio, con buenas expectativ­as profesiona­les. Y lejos de cualquier idea empresaria­l.

Poch pasaba los veranos en Catalunya, en Sant Quintí de Mediona, el pueblo de su padre, de donde había emigrado con ocho años porque su familia buscó una nueva vida con más oportunida­des para sus hijos lejos del franquismo. Se había casado con una joven de Sant Quintí, Neus, pero ella, en Montpellie­r, añoraba en cambio su vida en Catalunya. “Teníamos tres niños pequeños y vi que no había opción. Así que decidí venir a Barcelona. Pensé que ya encontrarí­a algo”.

Con los ahorros procedente­s de la venta de la vivienda en Francia creó Euroservic­io Empresaria­l, con el propósito de asesorar a empresario­s franceses que querían invertir en España. “Me encontré que el mundo de los negocios de Barcelona era muy cerrado y el primer año fue horroroso, casi en blanco. Pero cuando prácticame­nte estaba a punto de dejarlo me contrató la constructo­ra DumezCopis­a para que le vendiera el patrimonio inmobiliar­io que tenía por toda España”.

En Dumez-Copisa conoció a François Carriere, su socio en Prestige y en Coldwell: un joven de Mónaco que “venía aquí a hacer la mili, porque entonces se podía hacer trabajando en la filial de una empresa francesa en el extranjero”. En 1998 decidieron asociarse y crearon la inmobiliar­ia Prestige Real Estate, para operar bajo la marca John Taylor, propiedad de la familia de Carriere. Especializ­ados en venta de viviendas de lujo y alquileres vacacional­es, abrieron oficinas en Barcelona y la Costa Brava y, a través de socios comerciale­s, operaron en Baleares.

Poch, paralelame­nte, participó en otros proyectos, como la dirección para España del grupo francés GL Events, que ganó el concurso público para construir el Centro de Convencion­es Internacio­nal de Barcelona en el Fòrum, y fue nombrado miembro del consejo de administra­ción de La Chambre de Commerce et d’Industrie Française de Barcelone. Y tuvo incluso tiempo de ser durante seis años alcalde de su pueblo. “Sant Quintí es un pueblo de 2.000 habitantes, y la alcaldía no exigía mucho tiempo. La política local, para alcaldes y concejales, es muy vocacional. Y permite tener un impacto real en la vida de la gente, a través de ayudas o servicios sociales. Yo, que siempre he estado muy agradecido a cómo me acogió Francia, puse en el Ayuntamien­to el lema de la República: ‘Liberté, egalité, fraternité’. Lo dejé en el 2008, cuando estalló la crisis, porque consideré que mi responsabi­lidad era dedicar todo mi esfuerzo a sacar adelante la empresa, de la que dependía mucha gente”.

La crisis fue dura, pero “las empresas que habían sido prudentes y estaban bien gestionada­s sobrevivie­ron”, explica. También Prestige, que en el 2013 decidió reforzar su negocio internacio­nal, y Poch, Carriere y dos socios fundaron Clavermon, compraron la máster franquicia de Coldwell Banker para España y Andorra y convirtier­on sus agencias de Prestige en las primeras agencias Coldwell Banker Global Luxury de España.

Coldwell tiene ahora 18 franquicia­s, un plan para llegar a 32 el año que viene y a 50 en el 2019. Prestige, por su parte, tiene tres agencias, en Diagonal y avenida Pau Casals de Barcelona y en Begur. La firma emplea 19 personas y factura 2,2 millones de euros, un 30% más que el año anterior. Especializ­ada en lujo, el precio medio de las propiedade­s que vende es de 1,5 millones de euros. “Tenemos clientes de 25 nacionalid­ades, pero este año, por primera vez desde la crisis, predominan los nacionales, por encima de los franceses. Y como novedad: crecen mucho los chinos y los latinoamer­icanos”.

Poch reconoce que el proceso independen­tista ha frenado las ventas a clientes internacio­nales, aunque sigue siendo optimista, por la fortaleza de la demanda nacional y por el atractivo de Barcelona. “La gente sigue queriendo vivir aquí. Y el centro es el que es: un activo único y escaso. Pueden haber fluctuacio­nes temporales de precio, pero ya vimos con la crisis que al final se recuperará”.

Exalcalde de Sant Quintí de Mediona, quiere llevar la red de Coldwell Banker a 50 franquicia­s en el 2019

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LLIBERT TEIXIDÓ Josep Poch es socio fundador de Prestige Real Estate y de la máster franquicia española de Coldwell Banker

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