Las avispas asiáticas llegan a la Costa Brava
La capacidad de adaptación de esta especie invasora, que puede recorrer hasta 60 kilómetros en un año, sorprende a los expertos
La avispa asiática, el gran depredador de abejas que llegó a Catalunya en el 2012 y que se ha convertido en una auténtica plaga, ha llegado a la costa. A principios de noviembre se detectó un nido de unos 40 centímetros de diámetro en un acantilado de Lloret de Mar, entre las calas Canyelles y Llevadó, en la Costa Brava, una ubicación inaudita para una especie que suele optar por otros hábitats, como bosques de ribera, y que acostumbra a anidar en las ramas más altas de los árboles, sobre todo de hoja caduca.
Los expertos atribuyen el cambio de conducta a la “gran capacidad colonizadora” y el “comportamiento imprevisible” de un insecto presente ya en todas las comarcas de Girona y también detectado en el Maresme, Vallès Oriental, Vallès Occidental, Osona y el Berguedà. El 61% de los 116 nidos de los que tuvo constancia la Generalitat estaba en la Garrotxa.
El nido del acantilado de Lloret de Mar, a unos 30 metros sobre el nivel del agua, no será destruido ya que se halla en una zona sin apenas actividad humana.El protocolo de actuación ha cambiado desde que la especie se afianzó en la Garrotxa, la Selva y el Ripollès. “Antes se intentaba eliminar todos los nidos, sin embargo ahora los agentes rurales sólo retiran aquellos potencialmente peligrosos y que están en zonas urbanas”, explica Josep Maria Olmo, responsable de una comisión de seguimiento, formada por apicultores, técnicos de la Generalitat y agentes rurales.
Estos insectos pueden desplazarse hasta 60 kilómetros cada año. Desde el año 2012, la Generalitat tiene contabilizados 235 nidos, aunque la cifra real es mucho mayor ya que la mayoría no son visibles. El apicultor Carles López explica que “sólo se localiza un 10% de los nidos”. Este año la asociación a la que representa López ha destruido más de un centenar de nidos y ha eliminado 800 avispas reina (hubieran sido las fundadoras de 800 nuevos nidos al año siguiente).
A esta labor hay que sumar la que llevan a cabo empresas particulares, los agentes rurales y otras administraciones como consells comarcals, diputaciones y ayuntamientos que desde el 2015 luchan también contra esta especie invasora. El Ayuntamiento de Lloret de Mar, por ejemplo, ha contribuido a eliminar media docena de nidos ubicados en cubiertas de terrazas, balcones y en árboles en lo que va de año.