La Vanguardia

Empate con error arbitral de bulto.

El líder se levanta en Mestalla tras un servicio genial de Messi a Jordi Alba

- Juan B. Martínez Valencia

El Barça arrancó ayer un empate (1-1) en el campo del Valencia, con gol de Alba a pase de Messi. El partido estuvo marcado por un tanto del argentino que el árbitro no concedió (en la foto).

Hubo tres goles en Mestalla, pero sólo dos subieron al marcador porque el de Messi, que habría avanzado al Barça, no fue validado. El balón entró con claridad, pero, como en el Villamarín la pasada campaña, el colegiado, esta vez Iglesias Villanueva, y el asistente no vieron lo que era evidente, que la pelota había superado la línea de meta. Un fallo garrafal dentro de un partido de alto voltaje con un Barça autoritari­o hasta el descanso y que tuvo fuerzas para levantarse cuando fue superado en la segunda mitad. Rodrigo adelantó al Valencia, y Alba equilibró la balanza a ocho minutos del final tras una excelente asistencia de un Messi que se vació pero que no puede estar en todas partes. El Barça ha recuperado el toque, al menos durante muchas fases, pero ha perdido presencia en el área, por donde sólo vive Luis Suárez. Debe mejorar en ese aspecto, pero el equipo de Valverde es enormement­e competitiv­o. Mantiene el Barcelona la imbatibili­dad y los cuatro puntos de renta sobre un Valencia pujante, aunque su ventaja con el Madrid y el Atlético se ha reducido a ocho. El punto tuvo mucho mérito. Pudo ser mejor, pero también peor.

Como en Turín, Valverde apostó por Paulinho en detrimento de un delantero. Buscaba protección el técnico blaugrana, acumular centrocamp­istas y desactivar las contras valenciani­stas. Desde el principio ese fue el patrón blaugrana, que empezó a sobar la pelota con jerarquía. Es verdad que no gozaba de mucha profundida­d porque Messi se retrasaba para crear en tres cuartos de campo. Pero el Barça conseguía apaciguar la pasión del Valencia y de un público entregado por la buena marcha de su equipo y que repartió insultos contra el club blaugrana y contra Catalunya en las inmediacio­nes de Mestalla.

No podía salir de la cueva apenas el grupo de Marcelino mientras el Barcelona comenzaba a probarlo con remates lejanos de Paulinho y de Rakitic. Tocaba Busquets. Lo hacía Iniesta. Y Rakitic. También Paulinho. Y por supuesto Messi. Cuanto más balón tuvieran los blaugrana, menos apuros podía pasar una zaga de circunstan­cias, con Vermaelen estrenándo­se en el campeonato de manera aseada y con un Umtiti imperial aunque jugara en el perfil derecho. Sólo en un remate cruzado de Zaza tras la jugada polémica del partido, la del gol no concedido a Messi, inquietó el Valencia a Ter Stegen hasta el descanso.

Mientras, el Barça había ido progresand­o en su dominio y moviendo el árbol en busca de los huecos. Con paciencia los halló. Por eso Suárez conectó con Messi, que disparó desde la frontal al filo de la media hora. No fue el remate de su vi-

da, pero el balón se le escurrió a Neto y entró en la meta. En directo ya lo pareció, y la repetición lo confirmó. De hecho, los jugadores de Valverde se disponían a celebrar el tanto, pero el juez de línea no se movió de su posición y el colegiado tampoco se decidió a dar el gol, entre las protestas blaugrana que a punto estuvieron de causar un disgusto al Barça, pues Zaza se plantó solo en la referida jugada. Un error de bulto que perjudicó a los barcelonis­tas, que, sin embargo, apretaron más el acelerador. Mestalla, increíblem­ente, callaba, porque el Barcelona mandaba meridianam­ente.

Todo cambió tras el entreacto, porque el Valencia fue otro, y el Barça, también. Los de Marcelino volvieron dispuestos a buscar al líder y no a esperarlo y encontraro­n una mina de oro por su flanco izquierdo, por donde Guedes superaba con fa- cilidad a Semedo, excompañer­o suyo en el Benfica. A la hora de juego llegó el 1-0. Guedes habilitó a Gayá, y el lateral centró libre hacia Rodrigo, que se anticipó a Vermaelen y remachó. El Valencia había convertido el duelo en un ida y vuelta infernal. En este ritmo, Iniesta se veía superado, y las líneas del Barça se abrían en canal.

Rugía como la marabunta Mestalla, y Valverde recurrió a Deulofeu, impreciso es poco, y a Denis en busca de un revulsivo. Necesitaba una reacción el Barcelona, pero casi todo su juego se basaba ya en dar balones a Messi para que intentara un milagro. Por suerte para sus intereses, Leo extrajo de su chistera un servicio de genio hacia la irrupción de Alba, que empaló de primeras a la red. Un señor gol para empatar y para devolver el oxígeno al Barça.

Messi, con muchas ganas, ordenó ir a por el partido y lo intentó, pero Deulofeu estropeaba lo que le caía, y el Valencia fue una amenaza hasta el último suspiro, cuando Zaza remató arriba justo después de que el equipo de Marcelino casi se marcara en propia puerta. Un final electrizan­te para un partido fantástico que pudo ser otro si la tecnología estuviera implantada o el ojo humano hubiera acertado con el gol no concedido a Leo. Pese a eso y un gran rival, el Barça se mantuvo en pie.

 ??  ?? Jordi Alba celebra el gol del empate en presencia de Messi, que le dio un excelente pase, Paulinho y Suárez
Jordi Alba celebra el gol del empate en presencia de Messi, que le dio un excelente pase, Paulinho y Suárez
 ??  ??
 ??  ?? VIDEOTAPE
VIDEOTAPE
 ?? MANUEL BRUQUE / EFE ??
MANUEL BRUQUE / EFE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain