Jared Kushner
ASESOR DEL PRESIDENTE TRUMP
Kushner (36), la figura estrella de la Casa Blanca, yerno y asesor del presidente Trump, está pasando cada vez más a un segundo plano. El movimiento coincide con el avance de la investigación del Rusiagate.
La estrella de Jared Kushner, el yernísimo de Donald Trump que lo iluminaba todo como asesor del presidente, fuera la política nacional, la internacional o la galáctica, se ha ido apagando.
Era “el chico que servía para todo”. Y, sin embargo, cada vez cuesta más atisbarlo en la fotografía. Su amplia cartera de asuntos se ha visto rebajada con la llegada del general John Kelly como jefe de gabinete. Dicen que ha puesto orden y le ha cortado vuelo al marido de Ivanka Trump.
Su eclipse concurre, curiosamente –o no–, con las informaciones de que el fiscal especial Robert Mueller acerca cada vez más la investigación del Rusiagate a la Casa Blanca. Mueller parece explorar el papel de Kushner en las pesquisas sobre Michael Flynn, exconsejero de seguridad nacional, considerado pieza clave en el puzle de la supuesta confabulación entre el Kremlin y la campaña electoral de Trump.
Los abogados de Flynn, que dimitió al descubrirse sus mentiras respecto a sus charlas con el embajador de Rusia, han roto el contacto con los letrados del equipo presidencial. Esto se interpreta como un intento de colaboración de Flynn con la investigación y mala señal para el presidente.
Mueller y los suyos todavía no han interrogado a Kushner. Existe la preocupación de que sus conversaciones con “agentes extranjeros” fueran grabadas mediante autorización legal.
Algunos medios, como Axios o Vanity Fair, ya habían apuntado que Jared e Ivanka reducían su protagonismo para protegerse de las pesquisas en marcha o por las nuevas reglas de Kelly.
Pero ayer, The New York Times y The Washinton Post, dos de los medios más influyentes y que más están profundizando en el trumpismo y sus avatares, coincidieron colocando en sus portadas a Kushner y su fundido en negro.
Aún mantiene el encargo de forjar un plan que permita sellar la convivencia entre Israel y Palestina, cuestión en la que han fracasado relevantes personalidades de la política y la diplomacia con una larga trayectoria.
Pese a continuar en esta misión, que algunos califican de imposible dada su escasa experiencia, Kushner no aparece como el consejero en jefe. Kelly ha llega- do a afirmar que “Jared trabaja para mí”. Según estos medios, incluso está abierta la opción de que Kushner y su esposa abandonen el ala oeste (centro del poder en la Casa Blanca) a finales de año. El jefe de gabinete respondió al
Times: “Nunca he contemplado la marcha de Jared e Ivanka”. En un e-mail que el presidente remitió a la cabecera neoyorquina, señaló que su yerno trabaja fuerte persiguiendo la paz en Oriente Medio y subrayó que Kushner “ha sido muy efectivo desde los primeros días de campaña y lo mismo sirve para hoy”.
Aunque unas fuentes aseguran que a él se ha de atribuir el despido de Reince Priebus (primer jefe de gabinete) y del principal asesor, Steve Bannon, lo que supuso la llegada de Kelly y una cierta entrada en la normalidad, otros estrategas republicanos tienen claro que “los poderes mágicos” de Kushner se han evaporado.
La llegada de Kelly como jefe de gabinete le cortó el vuelo e incluso se cree que puede dejar el ala oeste