El Ayuntamiento emitirá grandes conciertos en streaming en barrios
en sus estancias en Barcelona. Destaca en este sentido la partida de 155.000 euros para la organización de la Festa Catalana 2017 (un encuentro de la cultura popular y tradicional en la plaza de la Catedral) y la extensión a dos barrios de la ciudad de grandes conciertos internacionales.
Este invento consiste en ofrecer tres conciertos “del máximo interés artístico y del máximo atractivo popular en condiciones óptimas” en barrios que normalmente quedan fuera de los circuitos turísticos y se ven privados de este tipo de espectáculos. Se trata de aprovechar grandes festivales de la ciudad, como el Grec o Pedralbes, para emitir estos actos en streaming con una gran pantalla de 80 m2 y 1.200 sillas “de alta calidad”, sonido de máxima calidad y la posible aparición presencial del artista al final de la transmisión (lo que obligaría a proyectar el concierto con un retraso de media hora). La emisión de estos espectáculos gratuitos y veraniegos se desplazaría a calles comerciales, y ya se apuntan diversas opciones, como Creu Coberta o algunas vías de Horta y Nou Barris. El objetivo es, además de premiar a los vecinos, atraer turistas a estos lugares poco céntricos. La posibilidad de montar directamente el show fuera de los escenarios habituales se ha descartado porque “un concierto internacional no se puede repetir a una escala económica razonable ni la ciudad está dotada de espacios descentralizados pensados para acoger determinado tipo de actos”.
El concejal de Turismo, Agustí Colom, asegura que cada vez son más los barrios de Barcelona que se benefician del retorno social que supone el reparto de la tasa turística más allá de la estricta promoción para captar más visitantes. Muchas mejoras se aplican al mantenimiento del espacio público. Ciutat Vella, territorio que en mayor medida padece los efectos de la masificación turística, es también el que se beneficia de un mayor número de inversiones.
La actual situación política, con la Generalitat intervenida, ha congelado sine die cualquier negociación política encaminada a aumentar el porcentaje que recibe el Ayuntamiento de Barcelona de la recaudación del tributo turístico que se obtiene en la ciudad. No obstante, como consecuencia de la gran afluencia de visitantes –al menos, durante los tres primeros trimestres del 2017– y de las modificaciones legales vigentes desde este año, es muy probable que de los nueve millones de euros ingresados por el Ayuntamiento por este concepto en el 2016 se pase, en el
Se ampliará el programa de frecuencia de paso de buses que van a la playa
presente ejercicio, a unos 11 millones, según avanza el concejal de Turismo. Hay que tener en cuenta que ahora también cotizan los cruceristas que permanecen menos de 12 horas en la ciudad y los clientes de viviendas de uso turístico.
La distribución de los recursos obtenidos a partir de la tasa turística es muy variada y, como apunta Agustí Colom, trata de satisfacer las demandas de los distritos. Algunos de los proyectos que se financian con estos ingresos extraordinarios son de gestión turística propiamente dicha, como la contratación de agentes cívicos que trabajan en zonas de alta saturación. No obstante, el ámbito de actuación no para de ampliarse. Este verano, por ejemplo, el tributo ha servido para mejorar la frecuencia de paso de los autobuses que llegan a la playa, una experiencia que el Ayuntamiento quiere repetir y ampliar el año que viene.