¡James (o Jane) Bond será mestiza!
BARCELONA
El entertainment en Barcelona y Europa es cultura y no producto e impide desarrollar industria. Nuestros talentos no deberían aspirar a hacer carrera sólo en Hollywood. Reconsiderar una ley que desgrave a las instituciones, empresas y fondos que financien contenido aceleraría la productividad del negocio y permitiría a profesionales de la industria prescindir de subvenciones, dejándolas para otros fines. Teniendo en cuenta que el consumidor ya no se podrá alcanzar con medios tradicionales (Netflix no entiende de anuncios), las corporaciones podrían reinventar sus estrategias de marketing invirtiendo en películas, series y videojuegos. Lo hizo Lego: al verse canibalizada por los videojuegos, desarrolló una película con Warner Bros. que fusionó el juguete con superhéroes de DC Comics, aumentando así las ventas.
LA LEY DEBERÍA DESGRAVAR A QUIENES FINANCIEN CONTENIDO
LOS ÁNGELES
Hollywood expone sus tendencias con la dramaturgia; en 1960, los antagonistas eran rusos, ahora son árabes. En LA, una competición de videojuegos está reclutando a manejadores de drones para la Armada, a la vez que televisiones crean documentales sobre unidades femeninas kurdas anti-EI en Siria. Cuando Estados Unidos necesita médicos se crean series como House.
Al tiempo que se denuncia la desigualdad de sexos, se generan películas como Wonder Woman. Apoyando esta temática, el Instituto Geena Davis ha creado una inteligencia artificial que analiza data sobre las niñas en los medios. En Los Ángeles, Google invierte en contenido que favorece a las mujeres en la tecnología, para que aspiren a puestos técnicos. El entertainment
con capital privado está al servicio de la sociedad y recupera su inversión si triunfa.
CUANDO ESTADOS UNIDOS NECESITA MÉDICOS SE CREAN SERIES COMO ‘HOUSE’
‘TO DO’
Barcelona podría ser pionera de desarrollo de contenido para España –y ejemplo para Europa– si crease agencias financiadas con capital privado que desarrollasen contenido (para cine, televisión, videojuego y online) que podría ser rentable si se gestiona bien el riesgo. Esos contenidos podrían favorecer necesidades sociológicas. Por ejemplo, en máxima alerta terrorista se podría crear una serie colaborando con el CNI para inspirar a los millennials a formar parte del cuerpo protector del país. Se podría colaborar con el sector privado para ayudar a internacionalizar sus valores acompañados por la marca Barcelona. Imaginemos que una multinacional adaptara su iniciativa de premios a nuevos talentos en un concurso de televisión en el que participantes se instalasen en Barcelona y, bajo los valores de la empresa, compitiesen.
BARCELONA PODRÍA SER PIONERA DE DESARROLLO DE CONTENIDOS