De bochorno ajeno
Javier Gutiérrez y Malena Alterio dan vida en ‘Vergüenza’ a una pareja con tendencia a quedar siempre en ridículo
Estamos acostumbrados a que una ficción nos haga sonreír o llorar, que nos provoque miedo, sufrimiento o angustia, que nos permita soñar en un futuro mejor, viajar por el espacio o mirar en nuestro interior, pero... ¿nos puede provocar la sensación de pasar bochorno ajeno? Pues sí. Ese es el sentimiento que invade al espectador cuando ve Vergüenza, la primera comedia de producción original propia de Movistar+, en colaboración con Apache Films, disponible completa en la plataforma desde el viernes pasado y que a partir de mañana también se podrá ver cada martes en el canal #0 a partir de las 21 horas.
Creada, escrita y dirigida por Juan Cavestany y Álvaro Fernández-Armero, Vergüenza está protagonizada por Javier Gutiérrez y Malena Alterio, que dan vida a Jesús y Nuria, una pareja en crisis personal, sentimental y económica. Él es fotógrafo de bodas, bautizos y comuniones, pero su ambición es dedicarse a la fotografía artística y montar exposiciones. Nuria se queda en el paro al inicio de la serie y busca trabajo desesperadamente, además de intentar quedarse embarazada. Pero el principal nexo de unión de la pareja es su tendencia constante a quedar en ridículo ante familiares y amigos.
Javier Gutiérrez, de moda ahora gracias a la serie Estoy vivo (La 1) y el reciente estreno de la película Autor, encarna en Vergüenza a un personaje universal, aquella persona que es una cosa pero quiere ser otra, aunque en realidad es un mediocre. El actor define a Jesús como un perdedor y espera que el espectador acabe empatizando con él. La peculiaridad de su personaje es la “facilidad para atraer situaciones vergonzantes a las que arrastra a Nuria”. Para Gutiérrez, la serie es “una comedia incómoda y extraña que llamará la atención al espectador de este país, más acostumbrado a otro tipo de humor”.
La serie tiene un sabor agridulce, y tanto los personajes como las historias huyen de la comedia convencional. Malena Alterio, que alcanzó gran popularidad con Aquí no hay quien viva y últimamente se ha dedicado más al teatro, regresa a la televisión con una serie que cree única “porque es una comedia vergonzante donde te puedes reír, pero donde también hay situaciones de llevarte las manos a la cara, y eso no se ve mucho en televisión”.
Cavestany califica la serie como una “comedia realista y dramática por momentos” en la que los dos personajes principales “son muy patéticos sobre el papel, pero viéndoles encarnados y moviéndose son muy de verdad. Es una pareja que se desenvuelve muy mal en lo social y en lo familiar, que no sabe callarse cuando debe y a los que cualquier tipo de proyecto o plan les sale fatal”.
Ideada por Cavestany y Fernández-Armero nueve años atrás, se llegó a rodar un piloto con los mismos protagonistas, pero se quedó en un cajón por lo novedoso de su formato de comedia de media hora de duración, nada habitual en las televisiones generalistas. La serie también quiere romper moldes en la ficción española por su contenido: “Cuando rodamos el piloto era muy reciente el impacto de series como The office o Larry David”, señala Cavestany, quien reconoce la influencia de ambas series en Vergüenza. También admite, sin embargo, que casi una década más tarde “el humor incómodo se ha asumido mucho por la comedia más generalista y ya no resulta tan novedoso”. El espectador decidirá si le resulta novedoso o no el formato, pero incómodo se va a sentir, seguro.