La Vanguardia

Danone pone el foco en la innovación

La firma de alimentaci­ón francesa quiere recuperar la categoría del yogur, que ha caído un 9% en España por los hábitos de consumo

- BLANCA GISPERT Palaiseau (Francia). Servicio especial

Desayunar a toda prisa, comida de fiambrera, olvidar los postres o la merienda... los hábitos alimentari­os están cambiando. No nos sentamos a la mesa tanto rato como lo hacíamos antes, y los alimentos que más lo notan son los lácteos. Afectados también por la crisis económica, las marcas blancas y la moda de los productos sin lactosa, las ventas de este grupo de alimentos van de capa caída. El consumo de leche en España ha caído un 2% desde el 2011, el de queso, un 3%, pero quien más lo ha notado es el yogur. Sus ventas han caído un 9%, y ahora, las compañías de esta industria se rompen la cabeza para remontar las cifras.

Entre ellas está la multinacio­nal francesa Danone, dirigida en la Península por Jean-Philippe Paré, que tiene como gran objetivo volver a posicionar el yogur como un producto esencial en los frigorífic­os. Lo explicaban varios cargos de la compañía en una visita al centro de innovación y desarrollo Daniel Carasso, en el complejo tecnológic­o Saclay de la localidad de Palaiseau, a 30 km de París. Para recuperar ventas en España y Europa (que sufre esa tendencia) hay que innovar escuchando las demandas del consumidor. Son tareas que se gestionan desde Palaiseau (el mayor centro de investigac­ión de la empresa, con 500 trabajador­es) pero también desde las plantas de Parets del Vallès, Tres Cantos (Madrid) y los otros tres centros de I+D de Danone en el mundo.

De esos centros han surgido productos como el Oykos, el Actimel, el Danacol o las gamas Activia y Vitalinea, aunque también fracasos como el Danio o el Yolado que la empresa ha tenido que retirar del mercado español. Agnes Martin, directora de nutrición y credibilid­ad de Danone Europa, explicaba que la innovación es constante. “En el 2016, se lanzaron 339 productos en todo el mundo, el 60% de los cuales eran versiones de los existentes y el 40% novedades. La inversión global de I+D fue de 333 millones de euros, de los que nueve fueron a parar a la división de Iberia. De estas inversione­s, los lácteos se llevaron la mitad, porque es la división más relevante de la compañía: aporta la mitad de los ingresos, aproximada­mente”.

Ahora, Danone quiere crear productos para mejorar el metabolism­o del consumidor, combatir enfermedad­es como la diabetes y reducir azúcares añadidos de los productos. Según Danone, sólo el 13% de sus yogures son naturales, el 39% son edulcorado­s y el 48% azucarados. En España, la firma se ha marcado como objetivo reducir un 25% el azúcar de los lácteos el año 2020 y en torno a un 12% en Europa. Martin detalla que las cifras cambian según el país y que si la reducción en España es mayor es porque el país consume más azúcar que la media europea. Aun así, Marta Olmos, nutricioni­sta y directora de comunicaci­ón externa de Danone en España, resalta que el plan para reducir azúcares es solamente un horizonte: “No será fácil, hace falta pedagogía y procurar mantener el sabor de siempre para no perder clientes”.

Conseguirl­o será cosa de encontrar la fórmula que reúna en un producto los ingredient­es, sabor, textura y objetivos nutriciona­les.

Pero sea cual sea el resultado, la base de los nuevos yogures será la misma que la del primer ejemplar que ideó Isaac Carasso en el barrio del Raval de Barcelona en 1919, a partir de la mezcla de las bacterias básicas del yogur, la Streptococ­cus thermophil­us yla Lactobacil­us bulgaricus. Desde entonces y después de llevar la producción en Francia en los años treinta, Danone ha conseguido identifica­r más de 4.000 bacterias, de las que ha clasificad­o 1.800 para utilizar sólo 36 de ellas, “las escogidas”, entre lasque están la conocida bífidus, de los Activia, o la casei, de los Actimel. La firma no las tiene protegidas porque son microorgan­ismos, pero sí ciertos procesos de producción, de los cuales ha patentado 150.

Desde Palaiseau explican que la producción de los yogures tiene lugar en 60 fábricas distribuid­as por todo el mundo, desde donde Danone abastece a más de 140 países. En España, la firma tiene cuatro (Barcelona, Madrid, Valencia y Asturias) y se nutre de la leche de 286 ganaderías y tres cooperativ­as así como de las réplicas de las bacterias (que llegan de terceras empresas que se dedican a multiplica­rlas al por mayor). Al final, los 150 productos que Danone distribuye en España llegan a 40.000 comercios al día y unos 11 millones de consumidor­es en España.

Más allá de las cifras, la innovación que Danone ha llevado a cabo durante casi un siglo ha permitido construir una marca conocida por todo el mundo que, según la consultora Kantar, ocupa primeras posiciones en cuanto a fabricante y producto. Además, Danone no sólo se nutre de los lácteos, también lo hace de la venta de agua (en España tiene Font Vella y Lanjarón), la nutrición infantil y la médica. La firma, que cotiza en Francia, cerró el 2016 con ingresos de 21.944 millones de euros, un 3% más que el año anterior y una cifra ligerament­e superior a la del 2013. El negocio de Danone Iberia (que mantiene la sede en Barcelona) aportó alrededor de 900 millones de euros, lo que la sitúa como segundo país en ventas después de Francia. El legado de Carasso ha arraigado en el país, pero Danone quiere recuperar el esplendor de años antes. Por eso, quiere demostrar que su I+D está más vivo que nunca.

En el 2016, la empresa lanzó 339 productos en todo el mundo, de los que son novedades un 40% y el resto, mejoras

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DANONE El centro Daniel Carasso de Danone especializ­ado en I+D, en la localidad francesa de Palaiseau

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