Recuperar la confianza
El principal temor del mundo económico catalán es que la inestabilidad política que este último trimestre ha afectado a Catalunya –que ha provocado casi 2.800 cambios de sede social, la caída de reservas turísticas, y dudas sobre el futuro del Mobile, entre otras cosas– se instale permanentemente, adquiera características crónicas.
Cuando Mariano Rajoy anunció simultáneamente la aplicación del artículo 155, con el cese del Govern de la Generalitat y la convocatoria de elecciones, las organizaciones empresariales respiraron. De un escenario de posibles protestas contra la intervención de las instituciones por parte del Gobierno central y de manifestaciones callejeras reclamando el derecho a votar de los catalanes se pasó a otro cierto mucho más civilizado, de contienda electoral.
Pero ya antes de la campaña la preocupación ha vuelto a alcanzar nuevos registros. La última, las declaraciones euroescépticas del cesado presidente Carles Puigdemont. Para el empresariado y los centros de pensamiento de la economía catalana, la pertenencia a Europa es un elemento central del modelo económico. Antes, la disputa por la renovación de la Fira, cuyo aplazamiento hasta después de los comicios del 21 de diciembre es visto por la Cambra de Comerç como una maniobra para fraguar un pacto posterior entre la alcaldía de Barcelona y el futuro Govern.
Son elementos que están estimulando el activismo político del empresariado en la inmediata campaña electoral. Las elecciones autonómicas de septiembre del 2015 ya supusieron un primer empujón hacia su pronunciamiento público, aunque en aquella campaña el consenso era que en ningún caso se producirían declaraciones unilaterales de independencia ni se asistiría al cese del Govern.
Ahora, nada les parece ya impensable. Desde su punto de vista, la ciudadanía debería haber entendido que las consecuencias económicas de lo sucedido en estos últimos meses obligan a distanciarse de las políticas que lo han hecho. Pero, claro, la política es siempre más compleja, y por lo que pueda ser, se van a dejar notar más en la campaña de lo que ha sido habitual en el pasado. Recuperar la confianza en la economía catalana y en su locomotora, la ciudad de Barcelona, será su eslogan.