La Vanguardia

Toneladas de voluntad

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HABRÍA sido una buena noticia que el Banc dels Aliments no hubiera tenido que organizar este año el Gran Recapte para obtener alimentos con los que hacer llegar comida a más de 250.000 personas que pasan hambre en Catalunya. Pero lo ha hecho porque, pese a que estamos en el cuarto año de recuperaci­ón económica, hay una extensa bolsa de pobreza cronificad­a en el país que aumenta sin cesar. La recogida de alimentos no es la solución a la pobreza sino una medida extrema y absolutame­nte necesaria que pone de manifiesto la enorme gravedad del problema.

Lo que sí es una buena noticia es que, nuevamente, los ciudadanos de este país han demostrado su solidarida­d con la donación de productos alimentici­os para los más necesitado­s. La solidarida­d es una caracterís­tica esencial de la sociedad catalana que responde con creces a los llamamient­os urgentes. Y es bueno que así sea para que pueda llegar a cubrir el déficit de atención de las administra­ciones públicas para con los ciudadanos, bien por falta de medios o de una adecuada y eficiente organizaci­ón de las ayudas sociales. O de ambas cosas a la vez.

ElBancdels Ali ments, con la ayuda récord de 27.000 voluntario­s, confía en haber obtenido entre viernes y sábado más de 4.000 toneladas de comida en los cerca de tres mil puntos de recogida que se establecie­ron el todo el país. Como recoge el lema de este año este resultado refleja el esfuerzo de “toneladas de voluntad” para ayudar a los demás. Con lo obtenido en estos dos días se habrá conseguido una cuarta parte de los productos que necesita el Banc dels Aliments para hacer llegar comida a los más necesitado­s durante todo el año. El resto procede de donaciones de empresas del sector de la alimentaci­ón o se obtiene con las aportacion­es de particular­es y de las donaciones que se reciben de la Unión Europea. Los alimentos llegan hasta los más necesitado­s a través de la colaboraci­ón de cerca de setecienta­s entidades sociales y de los servicios sociales de los ayuntamien­tos. El Banc dels Aliments, a través de la encomiable labor que realiza desde hace años, ha demostrado que no se desperdici­a ni un grano de arroz y que toda la comida que recoge llega a los más necesitado­s. Esta entidad, como se sabe, nació para aprovechar la comida sobrante de empresas de alimentaci­ón, supermerca­dos y grandes cadenas de restaurant­es para evitar que se tirase y hacerla llegar a las personas más vulnerable­s.

Es evidente que hay que redoblar los esfuerzos para lograr un mayor progreso social y económico que haga que el Banc dels Aliments deje de ser tan necesario como lo es en la actualidad. Pero, por el momento, hay que aplaudir y apoyar el enorme esfuerzo de movilizaci­ón solidaria que realiza año tras año y día tras día.

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