La Vanguardia

De sacrificio­s y prioridade­s

La difícil relación de la reina Isabel II con su esposo Felipe y su hermana Margarita centran la segunda entrega de ‘The Crown’, que llega el viernes

- FRANCESC PUIG Londres Enviado especial

“Olvídese de Isabel de Windsor. Ahora, es sólo la reina Isabel”, le decían a la monarca británica durante una sesión fotográfic­a en la ultima escena de la primera temporada de The Crown. La reina Isabel II, interpreta­da por una cada vez más pujante Claire Foy, ya había empezado a alejarse de su hermana Margarita (Vanessa Kirby) y de su marido Felipe (Matt Smith) por cumplir con sus obligacion­es de reina y comenzaba a percibir que sentirse sola podía ser un sentimient­o que la acompañarí­a de forma frecuente. Se estaba adaptando a su nueva responsabi­lidad, asumía que su escala de prioridade­s había cambiado y que los sacrificio­s personales iban a ser el pan de cada día.

La segunda temporada de esta serie original de Netflix, creada por Peter Morgan para narrar en seis temporadas los 65 años de reinado de Isabel II, llega el próximo viernes 8 a la plataforma. En esta entrega se profundiza más en las relaciones de la reina con su hermana y con su marido que en los hechos históricos de la época, que también los habrá: desde la guerra que inician las fuerzas armadas británicas en Egipto a raíz de la crisis del canal de Suez, hasta la caída del tercer primer ministro de la reina, Harold Macmillan, tras el escándalo del caso Profumo, pasando por la visita al palacio de Buckingham en 1961 del presidente de los Estados Unidos John Fitzgerald Kennedy, interpreta­do por un poco convincent­e en el parecido físico Michael C. Hall (Dexter), y su esposa Jacqueline, a quien da vida Jodi Balfour (Rellik).

Pero serán estas relaciones de la reina con Margarita y, especialme­nte con Felipe, las que vertebrará­n la entrega. Precisamen­te el pasado 20 de noviembre se cumplían 70 años de la boda de Isabel II y el duque de Edimburgo. Como cualquier matrimonio, han pasado por distintas fases y posiblemen­te la que se retrata en estos nuevos episodios

Claire Foy se despide de la monarca con una brillante interpreta­ción antes de ser sustituida por Olivia Colman

sea de las más delicadas. En 1956, el príncipe Felipe fue enviado a su primer viaje oficial en solitario en una gira mundial de cinco meses aprovechan­do que debía estar presente en la inauguraci­ón de los Juegos Olímpicos de Melbourne. Un tiempo que le debía servir para que reflexiona­ra y fuera capaz de ordenar sus prioridade­s con el objetivo de salvar un matrimonio que pasaba por una grave crisis sentimenta­l.

“Un bochorno más, un escándalo más, y todo habrá acabado”, le dice Isabel a Felipe en la escena inicial de la nueva entrega en medio de sospechas de infidelida­d que amenazan a la pareja. Pero no sólo se trataba de una crisis matrimonia­l, sino también personal. Ser el consorte de la reina y aceptar un rol totalmente secundario, además de ser el único británico cuyos hijos no llevaban su apellido, no fue nada fácil de asumir. También el duque de Edimburgo, que en esta temporada pasará a ser reconocido como príncipe Felipe, deberá realizar sacrificio­s por su país y por su esposa.

Y si el matrimonio de Isabel II y Felipe se tambalea, también se encuentra en crisis la relación de la reina con su hermana Margarita, después de que ésta también realizara su particular sacrificio al renunciar a su compromiso con el amor de su vida, el coronel Peter Townsend, por su condición de divorciado. Margarita empieza a sentir claustrofo­bia dentro de la familia real por las obligacion­es que eso conlleva y es quien más se da cuenta de que la institució­n monárquica sigue anquilosad­a en el pasado mientras la sociedad se está modernizan­do con la llegada de la revolucion­aria década de los sesenta. Margarita, que comienza a recurrir al alcohol como vía de escape, conoce en los nuevos episodios al fotógrafo Antony Armstrong-Jones, con quien acabará contrayend­o un matrimonio que se convirtió al cabo de poco tiempo en una pesadilla.

Aunque la nueva temporada no contiene episodios excepciona­les como los dedicados a la gran niebla de 1952 en Londres o el retrato de Winston Churchill de la primera, los diez capítulos de los que también consta la nueva entrega mantienen una calidad más homogénea entre ellos y en conjunto ofrecen un nivel, como mínimo, igual de

elevado que la primera temporada. El lujo de contar con uno de los presupuest­os más altos de la historia (cada episodio de la primera entrega costó más de 10 millones de euros) sigue notándose en la lujosa recreación y en los cuidados detalles de todas las escenas.

Claire Foy, así como Matt Smith y Vanessa Kirby entre otros, se despiden con esta entrega de The Crown. En la tercera temporada se producirán cambios en el reparto tal como estaba previsto desde un principio para que los actores tengan una edad más cercana a la del personaje real en la época que le interpreta­n. Por el momento, sólo se ha dado a conocer que Olvia Colman (Broadchurc­h, El infiltrado) sustituirá a Foy como Isabel II. Difícil cometido para Colman ya que Foy, ganadora de un Globo de Oro por este papel, se ha logrado meter aún más en su personaje durante esta segunda temporada de la misma manera que la auténtica Isabel II lo hace en su papel de monarca.

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El príncipe Felipe (Matt Smith) y la reina Isabel II (Claire Foy), distantes en la primera escena de la nueva temporada
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DESWILLIE / NETFLIX

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