La pluralidad de la Biblia
Los políticos catalanes que están en la cárcel “pasan por un calvario”, a la espera de una “solución salomónica” del Supremo. Pero confían que al final “David triunfará sobre Goliat”. Otros creen que “quien siembra vientos, siembra tempestades” y que “antes que cante el gallo” habrán cambiado de opinión. Incluso ironizan de quienes “lloran como una Magdalena”. Los más puros buscan “un chivo expiatorio” y acusan de “venderse por unas monedas de plata como Judas”. Mientras que los pragmáticos recomiendan tener “la paciencia de Job” y lamentan que la UE se “lave las manos como Pilatos”. Se acerca el 21-D y las encuestas dicen que “de todo hay en la viña del Señor”...
Podríamos poner uno tras otro ejemplos de expresiones que provienen de la Biblia y que se han incorporado a nuestro lenguaje de forma permanente.
Y eso que en las escuelas ya no se estudia como antes la Historia Sagrada. Es más, según los últimos datos, en Catalunya tan sólo el 44% de los alumnos de primaria y secundaria ha escogido la materia optativa de religión (y en los centros públicos no llegan al 30%).
Esta influencia lingüística se podría considerar anecdótica sino fuera porque la Biblia es uno de los libros más leídos de la historia y más traducidos, y sigue impregnando toda la cultura occidental. Para los cristianos es su libro de cabecera. Por eso el lema de la II Semana de la Biblia que se celebra en Catalunya es simple y directo: “La palabra de Dios es viva y eficaz”. Y las actividades programadas a lo largo de esta semana se cierran hoy en Montserrat con una conferencia del P. Ramon Ribera-Mariné que se pregunta oportunamente: ¿Qué aporta la Biblia al lector del siglo XXI?
Fue el papa Francisco quien lanzó la iniciativa de que cada comunidad dedicase un domingo del año litúrgico a difundir, conocer y profundizar en la Sagrada Escritura. Este año en el que se cumple el 500 aniversario de Lutero, que supo ver la importancia y la centralidad de la palabra de Dios a través de los textos sagrados, los obispos catalanes han reiterado su voluntad de normalizar la presencia de la biblia tanto espiritual como pastoralmente. “Catalunya es un país que siempre ha considerado la Biblia como cosa propia y que ha de crecer en el amor a la Palabra” decía Armand Puig, rector del Ateneu Universitari Sant Pacià, en la presentación de esta II Semana de la Biblia que ha contado con diversos actos en todas las diócesis catalanas.
Existe ya un manuscrito de la Diblia en
Armand Puig: “El Dios judeocristiano habla en muchas lenguas, su revelación pasa por el sentido del texto y no por el literalismo de las palabras”
catalán del siglo XIV y la primera Biblia impresa en la península lo será en catalán, es la Biblia Valenciana de 1478. Otras fechas fundamentales son las de 1832, cuando se imprime un Nuevo Testamento en catalán en Londres, y a principios de los años veinte, cuando surgen tres proyectos simultáneos de traducción bíblica a cargo de los benedictinos de Montserrat, la Fundació Bíblica Catalana (FBC), financiada por Francesc Cambó, y el Foment de Pietat Catalana. La guerra los interrumpió y no fue hasta 1969 cuando sale en un solo volumen la Biblia de la FBC, seguida por la de Montserrat en 1970. En 1993 aparece la versión definitiva de la Biblia Catalana Interconfesional (BCI), de la que se llevan ya publicados unos 200.000 ejemplares. Hace cuatro años apareció una versión ilustrada por el pintor Perico Pastor. Y esta misma semana se ha presentado un nuevo formato, la versión standard grande.
Armand Puig dio el jueves una conferencia en Reus en la que destacó el hecho de que la Biblia se haya difundido no en una sola lengua sino en más de dos mil. “Eso significa que el Dios judeo-cristiano nos habla en muchas lenguas, su revelación no viene determinada por unas letras de más o de menos, pasa por el sentido del texto y no por el literalismo de las palabras”. Eso sucede desde que ya en el siglo III antes de Cristo se hizo en Alejandría la primera traducción al griego desde el original hebreo, dirigida a los judios de la diáspora. Desde entonces “todo texto necesita ser interpretado cada vez que se traduce, la revelación nos da unos márgenes amplios de libertad para situarla en relación a la propia vida y a cada contexto”. La riqueza de la Biblia es que deja de ser un texto monolítico y adquiere una pluralidad intrínseca, sea cual sea la lengua en la que llega a los lectores. ¿Existe una traducción mejor que otras? No, dice Armand Puig, entre todas recogen la riqueza original. “No es un mensaje ahistórico, sino incardinado en la historia”. Por eso su palabra sigue viva.