La Vanguardia

AMAZONIA PRÍSTINA

Cerrará el 2017 con un 20% más de pasaje y el pròximo año tendrá 202 frecuencia­s, la mayoría enlaces con Reino Unido y este de Europa

- SÍLVIA OLLER Girona

Los pueblos indígenas de Brasil luchan por preservar su territorio, frente a la presión de intereses agrícolas y mineros.

El aeropuerto de Girona empieza a ver la luz al final del túnel. Tras ocho años consecutiv­os perdiendo pasaje, este año lo cerrará con cerca de dos millones de viajeros, un 20% más que en el 2016. El año que viene seguirá creciendo y, según estimacion­es de la Generalita­t, pasarán por las instalacio­nes de Vilobí d’Onyar unos 2,1 millones de personas. Para encontrar cifras parecidas hay que remontarse al año 2014, cuando el aeródromo gerundense recibió 2,16 millones de turistas.

El aumento de compañías (de 9 a 13) y de rutas (de 38 a 54) que en temporada de verano han operado en Girona explican en parte los datos positivos, pero el secretario de Territori i Mobilitat, Ricard Font, apunta también otra dos razones de peso: “La compra de aviones por parte de las compañías y el hecho de que Barcelona está llegando al límite de su capacidad convierten a Girona en un destino complement­ario”, explica. La Generalita­t estima que el aeropuerto rozará este año los dos millones de viajeros (en concreto, se quedará con 1.998.000 pasajeros), 330.000 más que el año pasado. Los últimos datos de Aena fijaban en 1,8 millones los pasajeros acumulados en octubre desde comienzos del 2017. Este año se ha revertido por fin la tendencia negativa de pérdida de viajeros desde el 2009, descensos que se agudizaron a partir del 2010, cuando Ryanair empezó a operar también en El Prat.

Las previsione­s para 2018 son optimistas, ya que se pasará de las 187 frecuencia­s semanales en temporada de verano a las 202, lo que supone un incremento del tráfico aéreo del 8%. Este invierno, Girona cuenta con 29 frecuencia­s. El mercado británico y de países de la Europa del Este son prioritari­os ya que copan más de la mitad de los enlaces previstos. El director del Patronat de Turisme Girona-Costa Brava, Ramon Ramos, prevé este año un crecimient­o del turismo ruso, muy afectado años atrás por la crisis del rublo. Lloret de Mar, Blanes, Tossa de Mar, Platja d’Aro, Sant Feliu de Guíxols y Roses son sus principale­s destinos. Ramos constata que el Brexit no ha afectado el turismo británico (este años se han abierto 15 nuevas rutas) que ha crecido hasta septiembre un 8% en Catalunya.

La compañía de bajo coste Ryanair continuará siendo la hegemónica, ya que sumará 42 de las 71 rutas programada­s en temporada de verano y prevé transporta­r 1,5 millones de pasajeros, 100.000 más que este año. La aerolínea irlandesa ofrecerá tres nuevos destinos a Riga (Letonia), Kaunas (Lituania) y el aeropuerto de Frankfurt Internacio­nal. La segunda y tercera compañía en pasaje transporta­do son la británica Jet2 y la holandesa Transavia, con 20 y 12 destinos, respectiva­mente. que mantendrán su actividad en Girona. La rusa Pobeda Airlines sumará una nueva frecuencia con Moscú y abrirá mercado con San Petersburg­o, lo que le permitirá triplicar los vuelos respecto al 2016. El operador Rainbow Tours prácticame­nte doblará los vuelos gracias al aumento de frecuencia­s con las ciudades polacas de Varsovia, Poznan y Gdansk y una nueva ruta con Wroclaw.

La apuesta de la Associació per a l’Impuls de l’Aeroport de Girona (AGI), de la que forman parte la Diputación de Girona, la Generalita­t y la Cambra de Comerç, para captar nuevas compañías tras el desembarco de Ryanair en Barcelona en el año 2010 les hace ser optimistas de cara al futuro. El presidente de la Diputación de Girona, Pere Vila, confía alcanzar los tres millones de pasajeros a corto plazo si las aerolíneas mantienen su interés en Girona.

Los 2,1 millones que se esperan para el año que viene en Girona todavía quedan muy lejos de los 5,5 millones que llegaron a Vilobí d’Onyar en el 2008, aunque entonces siete de cada diez viajeros que llegaban en temporada baja tenían como destino Barcelona, que aún no contaba con la compañía de bajo coste Ryanair. “Ahora, la mayoría se queda en Girona”, explica Font, que destaca que en un futuro no muy lejano Girona y Reus se acabarán convirtien­do en la cuarta pista del aeropuerto de El Prat. Un objetivo, según Font, que es compartido también por Aena. Los plazos que baraja la administra­ción catalana sitúan en la primera mitad del próximo decenio la congestión de las principale­s franjas horarias del Prat. “Entonces, Barcelona necesitará descongest­ionarse y será ahí donde Reus y Girona jugarán un papel complement­ario”, concluye.

La Generalita­t estima que, entre el 2020 y el 2025, El Prat llegará a su límite en algunas franjas horarias

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