Juan Hernández
La oposición esgrime sospechas de fraude y pide que se revisen más actas
PRESIDENTE DE HONDURAS
Las irregularidades y problemas habidos en el recuento de votos de las elecciones generales hondureñas de hace una semana, y que todavía ayer no permitían dar un ganador, han degenerado en incidentes que han causado siete muertos.
Honduras se mantiene en vilo no solo por desconocer más de una semana después de celebrarse quién es el ganador de las elecciones generales sino porque puede que el anuncio final del recuento no solucione el problema derivado de esos mismos retrasos e irregularidades en el escrutinio que han dado razones a la oposición para hablar de fraude. Mientras el recuento por la máxima autoridad electoral hondureña daba comienzo, las calles de las dos principales ciudades del país, su capital Tegucigalpa y San Pedro Sula, eran escenario de sendas manifestaciones de los opositores.
El Tribunal Supremo Electoral es el responsable del revisado de las 1.300 actas que reconoce este organismo que “presentan inconsistencias”. Este recuento resulta clave para dirimir si el actual presidente Juan Orlando Hernández conseguirá un segundo mandato o si el principal candidato de la oposición, Salvador Nasralla, se hará con la presidencia. La diferencia de votos entre ambos es actualmente muy estrecha. Hernández ostenta el 42,92% de los sufragios y Nasralla el 41,42% del voto escrutado.
Los partidarios de Nasralla, reunidos bajo una agrupación de partidos llamada Alianza de Oposición contra la Dictadura, esgrimen sospechas de fraude electoral y piden que se vaya mucho más lejos en el recuento de las actas “inconsistentes” y que sean unas 5.000 y no 1.300 las que se sometan a la revisión final. Ayer, hasta el último momento, se negaron a llevar observadores de su agrupación política a asistir al recuento final como le había pedido en varias ocasiones el Tribunal Supremo Electoral y que ayer volvió a hacer. Es por todo este desencuentro que nadie tiene la seguridad de que sea cual sea el resultado del recuento final las violentas protestan cesen en las calles. Hasta el momento los enfrentamientos entre partidarios del candidato Nasralla y las fuerzas del orden se han saldado con siete muertos y decenas de heridos. Los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) reclamaro ayer a los dos partidos con más votos que actuaran con responsabilidad ante el giro que han tomado los acontecimientos. Hasta el Papa Francisco se refirió ayer a esta delicada situación. “En mi oración recuerdo de manera especial también al pueblo de Honduras, para que pueda superar de modo pacífico el actual momento de dificultad”, dijo el pontífice después del rezo del Ángelus.
Ante este panorama, el gobierno decretó el viernes el toque de queda que mantiene en 15 de los 18 departamentos en que se divide el país. Solo quedaron fuera de estas restricciones horarias las tres áreas más turísticas. No se puede estar en la calle entre las 18.00 y las 6.00 horas. Alrededor de unas 500 personas han sido detenidas ya por quebrantar esas limitaciones deambulatorias.
Para desafiar el toque de queda y protestar por su entrada en vigor, miles de personas protagonizaron la noche del sábado al domingo una sonora cacerolada en diversas ciudades y municipios medianos del país centroamericano, incluida Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba.
Algunas informaciones policiales reportan también la comisión de algunos saqueos aprovechando el clima de protestas callejeras.
Partidarios de la oposición marchan en las ciudades de Tegucigalpa y San Pedro Sula