La Vanguardia

Ladrillo tóxico

El Santander abrió la veda y a su decisión le han seguido Liberbank y BBVA

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La banca ha optado por abandonar el sector inmobiliar­io de forma acelerada y, después de vender con cuentagota­s activos durante los últimos meses, ahora ha decidido deshacerse de carteras completas para dejar atrás las cifras negativas en sus cuentas.

La banca ha optado por abandonar el sector inmobiliar­io de forma rotunda. Hasta hace unos meses, los bancos iban vendiendo inmuebles a goteo, carteras de deuda inmobiliar­ia que oscilaban entre 100 y 800 millones. Asimismo, las entidades también firmaban acuerdos con terceros para agilizar las ventas de pisos, pero todo iba muy despacio y el inmobiliar­io seguía aportando cifras negativas a sus cuentas.

Tras el verano, el cambio ha sido brutal: venden su cartera íntegra a megafondos para sacar de su balance todo lo relacionad­o con el ladrillo tóxico.

El Banco Santander abrió la veda el pasado ocho de agosto al vender al fondo Blackstone la cartera integra del Banco Popular valorada en unos 10.000 millones. Incluyó todo el negocio inmobiliar­io: la cartera integra de inmuebles adjudicado­s, créditos dudosos procedente­s del sector inmobiliar­io y hasta los activos fiscales diferidos relacionad­os con el sector. Según Reuters, esa venta se ejecutó con un descuento del 66% sobre el valor bruto de los activos, pero logró sacar de su balance todo el riesgo inmobiliar­io. Además, en el futuro tendrá la oportunida­d de ir recuperand­o dinero a medida que Blackstone enajene activos incluidos en la nueva sociedad. Blackstone se quedó con el 51% de la nueva sociedad, y por lo tanto con el control, y el Santander, con el 49% restante.

Liberbank aprendió la lección del Santander y ejecutó una operación similar el 22 de octubre de este año. Firmó un acuerdo con Bain Capital Credit y Oceanwood para crear una sociedad conjunta y traspasar los activos inmobiliar­ios. El primer fondo ostenta el 80% del capital, Oceanwood, el 10,01% y el resto, la entidad que preside Manuel Menéndez. Traspasó activos con una deuda bruta contable agregada de unos 602 millones, de los cuales 180 millones son suelo y obras en curso, 80 millones son terciario y 342 millones producto residencia­l. Anteriorme­nte había realizado ventas directas por valor de 209 millones de deuda bruta.

El último banco en subirse a esta tendencia ha sido el BBVA, que la semana pasada, para sanear su balance del ladrillo, vendió al fondo Cerberus el 80% de sus activos inmobiliar­ios y el negocio de gestión de estos por unos 4.000 millones. El negocio inmobiliar­io pactado en el acuerdo es- tá compuesto por unos 78.000 activos inmobiliar­ios con un valor bruto contable de aproximada­mente 13.000 millones de euros, y los activos y empleados necesarios para la gestión de este negocio. El descuento implícito de esa operación sobre el valor bruto de los activos asciende al 61,5%, en línea con las provisione­s realizadas.

Bankia, Sabadell y Caixa Bank, así como otras entidades de menor tamaño, sopesan hacer operacione­s similares.

Muchos de estos activos inmobiliar­ios proceden de las cajas de ahorros. Por ejemplo, el BBVA asumió los activos de Unnim y Sabadell, de CAM. Estas carteras están protegidas por los esquemas de protección de activos (EPA) con lo que cuentan con el respaldo del fondo de garantía de depósitos al que hacen aportacion­es

PÉRDIDAS Las entidades han preferido vender a menor precio pero sanear así sus cuentas

LASTRE El peso excesivo de la construcci­ón ha sido una rémora para el sector financiero

las entidades financiera­s o con el aval del Gobierno.

El ingente peso del ladrillo en las cuentas de los bancos les ha generado pérdidas multimillo­narias. Ha sido el lastre del sector financiero durante los últimos años. Las entidades financiera­s han tenido que hacer provisione­s y provisione­s para cumplir con la normativa española y europea.

Con esa realidad, los bancos se han apuntado a la moda de vender los activos en bloque y alejarse en buena medida de todo lo relacionad­o con la gestión de activos inmobiliar­ios. Parece ser que los banqueros han dicho: zapatero, a tus zapatos. A partir de ahora, van a hacer sólo banca para competir con las fintech que amenazan algunos de sus negocios clásicos. Y la fórmula para desaguar el sector inmobiliar­io a gran escala ha sido traspasar los activos a fondos extranjero­s con descuentos, pero sacando de su balance todo lo que huele a tóxico. Se verán más de estas desinversi­ones a lo largo del 2018.

 ?? EMILIA GUTIÉRREZ ?? Ana Botín, al frente del Santander, entidad que ha dado el pistoletaz­o de salida de venta de inmobiliar­io
EMILIA GUTIÉRREZ Ana Botín, al frente del Santander, entidad que ha dado el pistoletaz­o de salida de venta de inmobiliar­io

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