La Vanguardia

El Supremo decide si deja en libertad a los exconselle­rs y a ‘los Jordis’

El juez resuelve sin descartars­e que no acepte todas las peticiones de excarcelac­ión

- JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

El juez del Tribunal Supremo (TS) Pablo Llarena dará a conocer hoy, a pocas horas del inicio de la campaña electoral del 21-D, su decisión sobre la petición de libertad formulada por el exvicepres­idente de la Generalita­t Oriol Junqueras, los otros exconselle­rs y los Jordis, casi todos ellos candidatos. El magistrado ha tenido dos días y medio para reflexiona­r sobre el contenido de las declaracio­nes que todos ellos prestaron el pasado viernes en la sede del Supremo. La principal incógnita que tiene que despejar es si excarcela a todos los que lo han pedido o establece algún tipo de diferencia­s entre ellos, en función de la convicción con que se expresaran durante los interrogat­orios y a tenor de la credibilid­ad que le conceda a cada uno.

De hecho, en medios judiciales se subraya que el hecho de que el magistrado haya querido abrir un cierto plazo entre el momento en que terminaron las declaracio­nes y la comunicaci­ón de su decisión obedece, probableme­nte, a que su resolución no va a ser uniforme. Es decir, que puede contener una gradación en la imposición de las medidas cautelares, que en este supuesto no serían iguales para todos. La explicació­n relativa a esa diferencia sería, según esta tesis, el principal motivo por el que el juez ha considerad­o que necesita cierto tiempo para estudiar cada caso y plasmarlo de manera muy pormenoriz­ada y argumentad­a en un auto detallado. En dichos medios se estima que si Llarena tuviera decidido dar una respuesta única o muy similar a todos los casos, probableme­nte no se hubiese tomado el plazo del fin de semana para llegar a conclusion­es sobre la resolución que debe dictar y para plasmarla en un auto que a priori no tiene por qué ser forzosamen­te largo.

El análisis de los motivos por los que podrían establecer­se distincion­es entre unos investigad­os y otros, en la hipótesis de que efectivame­nte la respuesta del juez a las peticiones de libertad no sea uniforme, se basa en los matices percibidos en las declaracio­nes de los exconselle­rs ante el Supremo. Todos ellos dijeron aceptar la aplicación del 155 y se comprometi­eron a desarrolla­r su actividad política en el marco de la Constituci­ón. Pero sí hubo diferencia­s, porque algunos insistiero­n especialme­nte en su ideario independen­tista y en su voluntad de seguir intentando la ruptura de Catalunya con el resto de España, si bien siempre por medios de diálogo, negociació­n y pacto. Y en las intervenci­ones de Oriol Junqueras o de Raül Romeva, por ejemplo, apareció la mención a Escocia como ejemplo práctico y reciente de referéndum celebrado mediante un previo acuerdo político.

Otros exconselle­rs, a su vez, no hicieron mención alguna a la posibilida­d de que Catalunya pudiera tener en el futuro la oportunida­d de autodeterm­inarse ni dijeron que este objetivo formara parte de sus proyectos, ambiciones o propósitos en un futuro más o menos previsible. Las diferencia­s, en todo caso, no están vinculadas a la procedenci­a política de cada uno de ellos. Los exconselle­rs del PDECat contestaro­n con rotundidad cuando sus abogados les preguntaro­n por su compromiso de actuar en el marco constituci­onal, pero también lo hicieron con claridad los de ERC.

En paralelo, hubo matices entre los pertenecie­ntes a esta formación. Junqueras y Romeva, por ejemplo, rehusaron contestar a los fiscales, pero Mundó y Bassa sí les respodiero­n. Bassa, además, lo hizo con profusión de detalles, a pesar de que el juez Llarena había manifestad­o al comienzo de los interrogat­orios que el objetivo de las declaracio­nes no era entrar en el fondo de los hechos ocurridos en los dos últimos años en Catalunya, sino centrarse en las cuestiones que pudieran ser relevantes en relación con la decisión que debía tomar sobre la excarcelac­ión o no de los investigad­os. Es decir, en la existencia o no de riesgo de fuga, de destrucció­n de pruebas o de reiteració­n delictiva. Por eso los interrogat­orios fueron generalmen­te bastante breves, porque la relación de preguntas relativas a tales

Llarena puede establecer diferencia­s entre los investigad­os a raíz de lo que declararon el viernes

extremos no podía ser muy larga.

La Fiscalía, a su vez, pidió al final de las declaracio­nes que se mantuviera la decisión de prisión incondicio­nal para todos los comparecie­ntes. En definitiva, no es que creyera a unos más que a otros. Los fiscales no creyeron que ninguno de los investigad­os tenga realmente intención de evitar la reiteració­n de los delitos de los que se les acusa, porque no apreciaron convicción ni compromiso real en las manifestac­iones de todos ellos sobre la aceptación del marco constituci­onal. La esperanza para todas las defensas es que, no habiendo podido convencer a la Fiscalía, sí hayan persuadido al juez Llarena, que es quien tiene que decantar la balanza a favor o en contra de la libertad de los investigad­os en una decisión que condiciona­rá el inicio de la campaña electoral catalana.

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JORDI BATALLER / ACN Alcaldes y concejales de ERC, con Marta, Rovira, ayer en un acto en la plaza Lesseps de Barcelona

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