Granados en escena
Picarol y Gaziel
Intérpretes: Orquestra de Cadaqués, Cor de l’Auditori Granados (X. Puig, director) Jaime Martín, director Lugar y fecha: Petit Palau (1/XII) La editorial Tritó, junto a la Orquestra de Cadaqués, han aportado en estos últimos años mucho al mejor conocimiento de nuestro patrimonio musical. La conmemoración Granados del 2016 y el 2017 hubiese pasado casi desapercibida a no ser por la recuperación de varias piezas escénicas: la ópera Follet y las versiones de Picarol y Gaziel, sobre libretos de Apel·les Mestres.
Debían de ser muy atractivas las tertulias en casa del poeta en el pasaje Permanyer a la que acudían los más notorios modernistas en el cambio del siglo. Creo que no hay una placa que las recuerde... Llevamos años con ayuntamientos muy afines a la cultura de fondo. Además existe un Institut del Teatre, un Lliure y un Nacional que deberían reflexionar más sobre lo que supuso en contenidos aquel Teatre Íntim de Gual, o los Espectacles Graner, o el Teatre Líric de la calle Mallorca y realizar un ejercicio sistemático en relación a estas piezas tan sensibles del teatro de entonces, y no solamente catalán, ya que los nutrientes fueron diversos. Hace falta un trabajo continuado y por especialistas para recuperar la sensibilidad de ese teatro musical, aquella poesía, frente a la prosa, por la que se distinguían, ante la zarzuela dominante de entonces.
Difícil era competir con Chapí, con Chueca, pero son cosas distintas, es el modernismo frente al casticismo y el primero nos queda aún –increíble- por reconocer. Porque Picarol es un personaje tan sensible que hay que esculpirlo cuidadosamente, al igual que Gaziel, que son la poesía, incluso musicalmente; una Gaziel estilo cabaret alemán de los treinta poco tiene que ver con ello.
Matices al margen, la propuesta de Cadaqués es muy importante y deberíamos preguntarnos por qué no circulan estas obras por teatros y auditorios de Catalunya al menos, ya que el trabajo principal de buena orquesta y coro –muy bien Jaime Martín- está hecho. Quizá habría que doblar violines y perfilar mejor los caracteres solistas en la conjunción actor-cantante, pero la resultante es positiva. Granados aquí muestra su potencial musical modernista –nunca fue “españolista” aunque se insista en ello–. Era de aquí, e incluso su vertiente goyesca se funda en el pensamiento liberal y de libertad, no en “lo español”; a ver si alguna vez se entienden estas diferencias y avanzamos.