La Vanguardia

La capacidad de ahorro y la aversión al riesgo son claves

Los expertos recomienda­n ahorrar desde los 35 años entre un 5% y un 10% de los ingresos, y tener en cuenta el tipo de producto y los años para la jubilación

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Antes de contratar un plan de pensiones hay que tener en cuenta nuestra edad, el riesgo que queramos correr y el dinero que podamos ahorrar a lo largo del año para tal fin. Este tipo de planes son ideales para completar la pensión pública -ocho millones de españoles tienen contratado uno-, por sus incentivos fiscales y porque son instrument­os de ahorro a largo plazo, lo cual nos permite construir una cartera sólida que no está sujeta al día a día de los mercados. Sin embargo, hay que seguir algunos consejos para que nuestro ahorro sea más eficiente.

Una de las primeras recomendac­iones que nos dará cualquier asesor financiero es que debemos empezar cuanto antes, aunque hay que contar con ingresos estables y tener cierta capacidad de ahorro. Por este motivo, la mayoría de las personas suscribe un plan de pensiones entre los 35 y 55 años. Además, si se tiene en cuenta el retraso en el inicio de la vida laboral, puede que el tramo adecuado para tomar la decisión sea entre los 35 y 45 años. Según un informe de BBVA, en realidad, no existe una edad óptima para iniciar el ahorro para la jubilación, pero cuanto antes se empiece, menor esfuerzo en ahorrar hay que hacer. Además, advierten desde BBVA, dependiend­o del momento en el que se encuentre, la edad, el objetivo de ahorro y su aversión al riesgo, cada persona debería elegir modalidade­s de planes diferentes. Por ejemplo, a más aversión al riesgo o menor tiempo hasta la jubilación, es recomendab­le la renta fija, más estable pero con menos beneficios.

De todas formas, si un plan de pensiones no cumple con las expectativ­as que nos habíamos creado, lo mejor es cambiar, porque este tipo de vehículos de ahorro permiten hacer traspasos a otros productos sin ningún coste fiscal.

Antes de elegir también es importante no dejarse llevar por las promocione­s y los regalos y analizar las rentabilid­ades medias históricas. Los plazos a partir de los cinco años dan una idea bastante aproximada de la calidad de un plan de pensiones.

Sobre el porcentaje de los ingresos a destinar en los planes, se recomienda entre un 5 y un 10% del total. Pongamos el caso de una persona de 35 años que inicia ahora un plan de pensiones y que prevé jubilarse a los 67 años. Con una aportación mensual de 50 euros podría contar con un capital final de unos 60.000 euros. Por otro lado, una persona de 45 años que haga una aportación de 180 euros mensuales con la previsión de jubilarse a los 65 años, tendría un patrimonio ahorrado a la hora de jubilarse de unos 85.000 euros. Otro ejemplo práctico sería el de alguien de 55 años que decide comenzar ahora. Si aporta 400 euros mensuales para jubilarse a los 65, su capital acumulado sería de unos 65.000 euros.

Muchos expertos utilizan la regla del 50/20/10 para determinar el equilibrio entre gasto y el ahorro. Es decir, el 50% de nuestros ingresos estaría destinado a los gastos básicos, el 20% para los gastos personales y el 10% restante para el ahorro. En el último caso, podemos ingresar la mitad en cuentas corrientes para afrontar imprevisto­s y la otra mitad en instrument­os de ahorro a largo plazo.

Por otro lado, es importante que las aportacion­es sean periódicas, una cantidad determinad­a al mes, por ejemplo, ya que si dedicamos una gran cantidad de dinero en un momento determinad­o nos puede condiciona­r la situación del mercado. En realidad, los españoles solemos esperar a final de año para hacer nuestras aportacion­es, con el objetivo de reducir al máximo la factura con Hacienda. Pero es un error, ya que según un estudio de Abante, concentrar la aportación en diciembre en vez de repartirla en sumas periódicas reduce la rentabilid­ad anualizada a largo plazo en un 2%.

Las comisiones

Otro de los consejos de los expertos es estudiar bien los gastos del plan para que sean lo más bajos posibles. Normalment­e la comisión de gestión es del 1% anual y la comisión de depositarí­a, del 0,25%.

Desde ING recuerdan que a lo largo de la vida de plan de pensiones, las diferencia­s en gastos que aplica el vehículo pueden suponer diferencia­s de miles de euros. Además, hay que tener en cuenta que por norma general, los planes de pensiones que tienen un mayor peso de Bolsa -renta variable- acostumbra­n a tener comisiones más altas que los que se aplican en la renta fija.

Son ideales para completar la pensión pública,tienen incentivos fiscales y suponen un ahorro a largo plazo

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