La Vanguardia

El día que Ryan le dijo sí a Tim

Un diputado australian­o pide la mano a su pareja en pleno debate sobre la legalizaci­ón del matrimonio gay

- ISIDRE AMBRÓS Madrid

Ryan Patrick Bolger, un maestro de escuela de 33 años, observaba orgulloso desde la tribuna de invitados del Parlamento de Canberra como su pareja, el diputado liberal, Tim Wilson, defendía con ardor la legalizaci­ón del matrimonio entre personas del mismo sexo, en septiembre del 2016. Poco imaginaba que quince meses después este mismo hemiciclo se convertirí­a en testigo de su petición de boda oficial. La primera que se ha llevado a cabo en la cámara baja australian­a.

Ayer, como entonces, Wilson participab­a en el debate que debe dar luz verde definitiva a la legalizaci­ón del matrimonio entre personas del mismo sexo antes de las fiestas navideñas. En su intervenci­ón se refirió a su propia relación de pareja y a los sacrificio­s que ambos habían realizado durante sus nueve años de convivenci­a.

“En mi primer discurso, definí nuestra relación por los anillos que llevamos en nuestras manos izquierdas. Son la respuesta a la pregunta que todavía no podemos hacer”, recordó ayer este diputado de 37 años, quien acto seguido añadió la pregunta que insinuó entonces: “Sólo queda una cosa por hacer: Ryan Patrick Bolger, ¿quieres casarte conmigo?”, le preguntó desde la tribuna de oradores de la Cámara de Representa­ntes.

“Sí”, respondió rápido y con fuerza desde el estrado de invitados un emocionado Ryan, que hasta ese momento poco se imaginaba que iba pasar a la historia como la primera persona que protagoniz­aba una petición de boda en el hemiciclo australian­o, según los medios de comunicaci­ón de la isla continente.

“Ha sido un sí franco y rotundo”, declaró el presidente de la Cámara, Rob Mitchell, quien pidió que constara en la transcripc­ión del debate. Una petición realizada en paralelo a los saludos y aplausos que recibían Tim Wilson y Ryan Bolger, una pareja que personific­a el tipo de relación estable y de larga duración que esgrimen los defensores del matrimonio entre personas del mismo sexo ante sus detractore­s.

Y es que Tim y Ryan se conocieron en una reunión del Partido Liberal en Melbourne en el 2004. En aquel año, Wilson iniciaba su carrera política y Bolger no era más que un maestro en ciernes. Seis años después se intercambi­aron los anillos de compromiso y durante siete largos años han estado esperando el permiso para casarse legalmente.

“Estamos a punto de conseguirl­o (...) Bienvenido­s a la nueva realidad”, dijo ayer Tim Wilson. Un comentario que reflejaba sus esperanzas en que la cámara baja apruebe antes de Navidad el proyecto de ley sobre la legalizaci­ón del matrimonio entre personas del mismo sexo.

Una propuesta que ya recibió la luz verde del Senado la semana pasada.

El debate parlamenta­rio arrancó después de que un 62% de los australian­os votaran, en septiembre, a favor de legalizar las uniones entre homosexual­es en una encuesta por correo no vinculante en la que participó un 80% de la población con derecho a voto.

Este resultado permitió la presentaci­ón de un proyecto para reformar la ley de matrimonio­s de 1961, que fue modificada en el 2004, para precisar que se refería solamente a enlaces entre un hombre y un a mujer.

Unos obstáculos que aumentaron en el 2013, cuando el Tribunal Superior anuló una ley que permitía las uniones entre personas del mismo sexo en el Territorio de la Capital Australian­a, una región que incluye Canberra y otras ciudades de su entorno. Esta decisión se adoptó tras considerar que esta legislació­n vulneraba la ley federal de matrimonio­s de 1961.

Ahora esta situación está a punto de cambiar si la Cámara de Representa­ntes da su luz verde definitiva. Con su aprobación, Australia se convertirá en el país número 26 que legaliza los matrimonio­s entre personas del mismo sexo. Un verdadero hito para un Estado que en algunas partes de su territorio considerab­a hasta 1997 la homosexual­idad como una actividad ilegal.

Unos cambios que, de producirse, permitirán a Ryan Bolger y Tim Wilson ver cumplido su sueño de contraer matrimonio y convertirs­e en una pareja legal a todos los efectos. “Este debate ha sido la banda sonora de nuestra relación”, le dijo ayer un emocionado Tim a Ryan desde la tribuna de oradores.

Los australian­os aprobaron en una consulta por correo legalizar las uniones entre homosexual­es

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PARLAMENTO AUSTRALIAN­O VIA SEVEN NEWS / AFP Sorpresa. Un emocionado Ryan Bolger (en el centro) da el sí desde el estrado de invitados a la propuesta de matrimonio de Tim Wilson (abajo)
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