Los comunes apuestan por “salir del bucle” y volver a la agenda social
El grupo de Domènech puede ser decisivo para la formación de gobierno
La polarización convertirá esta campaña en un asunto peliagudo para Catalunya en Comú-Podem, una formación que se reivindica fuera de los dos grandes bloques del eje nacional. No están con los del artículo 155 ni con los de la DUI. El peligro es quedar desubicados.
Acusados de equidistantes o, directamente, de practicar la ambigüedad electoralista, el discurso de los comunes, bajo la batuta de Xavier Domènech, es que Catalunya debe “salir del bucle” del proceso y volver a centrarse en la agenda social. CatComú intentará hablar de corrupción, de paro, de los recortes en educación y sanidad, la violencia machista... sus temas, los que le dieron la alcaldía de Barcelona o la victoria en las generales del 2015 y 2016.
Los sondeos no son buenos, aunque los comunes insisten en que siempre les subestiman. El último del CIS les da un 8,6% y 9 diputados, un resultado por debajo de lo que consiguió la Catalunya Sí que es Pot de Lluís Rabell en el 2015 (8,9%) o lo que solía conseguir ICV-EUiA (9,9% en el 2012). A años luz del 24,5% que logró Domènech en las últimas generales o el 25,2% de Ada Colau. La alcaldesa, que hace dos años no participó en ni un solo mítin de CSQP, se ha implicado esta vez a fondo. Será el gran activo de la campaña, con el escaparate de su trabajo en el ayuntamiento de Barcelona. También Domènech, que después de dos años en el Congreso, al frente de los diputados catalanes del grupo confederal de Podemos, no es un desconocido como era Rabell. Domènech rivalizará con Iceta para venderse como el candidato de la reconciliación, el único que puede reparar y suturar una Cataluña rota en dos. “En el momento más ex- cepcional para Catalunya, Domènech es el único que no está generando ninguna hostilidad en una de las dos mitades”, señalan fuentes de la formación.
La sutura pasa por un referén-
dum pactado y una ley de Claridad como la que permitió votar a los quebequeses. “No somos independentistas”, ha dicho Domènech, aunque en sus listas sí los haya. Calculan que lo son un 30% de su militancia
y un 40% de votantes, pero no a ultranza: priorizan la batalla social y les bastaría con un blindaje de la lengua y un arreglo fiscal.
Los comunes pueden ser decisivos si los dos bloques no suman por sí solos. “Nosotros tenemos la llave en estas elecciones (...) La llave del desbloqueo, la llave para pasar página, la llave del cambio y la llave de un nuevo tiempo de soluciones”, dijo Domènech. Su promesa es que sólo pactarán con partidos de izquierda: PSC y ERC. ¿Para hacer presidente a quién? Iceta dice ser el candidato Borgen, en referencia a la serie danesa en la que la líder de un partido minoritario acaba de primera ministra por los vetos cruzados. Los comunes ya susurran que quizás el verdadero candidato Borgen sea Domènech...