Delegaciones catalanas
El Estado ha optado por cerrar las delegaciones de la Generalitat en el exterior, las mal llamadas “embajadas catalanas”. En un país donde los recursos públicos se usan por intereses partidistas o electorales, despreciando sus consecuencias económicas (AVE y aeropuertos), o para evitar los fiascos de los amigos (Castor), es normal que no se entienda la generación de riqueza.