Steven van Zandt
Steven van Zandt, músico y guitarrista de Springsteen, recala de nuevo en Barcelona con ganas de que el público olvide la coyuntura política
MÚSICO
El músico y guitarrista norteamericano Steven van Zandt, miembro de la E Street Band de Bruce Springsteen, regresa a Barcelona tras su paso por el último Cruïlla Festival, al frente de su extraordinaria propia banda.
Hará unos pocos meses Steven van Zandt ocupó el escenario del Cruïlla Festival de Barcelona ante miles de aficionados y también algún curioso. Aquel día estival había la lógica expectación por ver a un músico de su talla –conocido también como Little Steven, productor de terceros, compositor de hits, actor en series míticas como Los Soprano o Lilyhammer, conductor de exitosos espacios televisivos en Estados Unidos, músico de prolongada carrera y, por supuesto, cómplice y guitarrista de Bruce Springsteen en la gloriosa E Street Band–, aunque el encuentro se resolvió en un concierto típico de festival de poco más de una hora de duración.
Ahora, hoy y mañana, el personaje y músico estadounidense de origen italiano (Boston, 1950) regresa a Barcelona con una propuesta más acorde a su idiosincrasia, sanguínea y poco dada al control mesurado. Esta noche ejercerá de pinchadiscos en la llamada Underground Garage Dance Party que tendrá lugar en el Hard Rock Cafe de la plaza Catalunya a partir de las diez. Y mañana jueves, acompañado de su grupo The Disciples of Soul, se adueñará del escenario de la sala Razzmatazz (21 h), de donde no piensa bajarse como mínimo hasta dos horas y media más tarde.
Eso es al menos lo que explica el músico, actor y entertainer criado en Nueva Jersey al otro lado de la línea telefónica desde Londres, donde la gira europea de presentación de su más o menos reciente disco en solitario Soulfire le ha llevado a cruzar nuevamente el Atlántico. “Cuando vinimos en verano, se trató de un convencional concierto de festival, donde tienes el tiempo muy cronometrado y en el que al final acabas tocando un poco de todo sin una idea clara. Ahora, en cambio, tendremos el tiempo suficiente para tocar prácticamente de todo, y de paso poder mostrar el increíble grupo que son los Disciples of Soul, una banda de quince músicos de primer nivel con los que tocamos de todo, desde rock a reggae, literalmente”.
En este amplio repertorio anunciado, una hora lo dedicarán a desmenuzar entero el mencionado último álbum de Little Steven, Soulfire, “y luego iremos escogiendo temas de mis discos en solitario, también canciones que he escrito para otra gente y algunas versiones de temas de Etta James, Electric Flag o James Brown. Tenemos material como para estar entretenidos durante seis horas como mínimo”, comenta. Y ningún tema del Boss o de la E Street Band, por supuesto.
En esta gira, Van Zandt se encuentra feliz. “Creo que estamos dando el mensaje adecuado en el momento adecuado. Yo me siento personalmente muy triste por el tiempo que nos toca vivir en mi país, en el mundo. Me es muy difícil sentirme feliz. Por eso lo que queremos es llevar algo de alegría y de música que anime los espíritus. Y eso lo podemos hacer porque nunca he podido hacer en directo una música con unos músicos tan extraordinarios”. Y es que Steve van Zandt quiere que sus conciertos tengan un efecto terapéutico, sanador. “El mundo está loco, la gente está dividida, y por eso creo que es una maravilla poder evadirse de la política durante unas horas y escuchar una música que te haga marcharte del concierto con el espíritu más alegre que con el que habías entrado, sentirte mejor. Esta es la idea más importante”.
Paradójicamente lo dice cuando su último disco aparecido hace unos meses solo habla de l corazón, de los sentimientos, ni una línea política, como sí hacía antaño. “Es lógico. Cuando empecé en esto de la música, ninguno de mis colegas hablaba de ella, y estoy hablando de la época de Reagan. Ahora en cambio siento que no tengo nada que decir, porque todo es muy obvio, y las desgracias y las barbaridades de Trump, por ejemplo, las dice él mismo. Todo es un desastre, aunque el mayor problema no es el sino su partido, que está guiado por el extremismo religioso. Allí reside el tema. Le aseguro que si el vicepresidente Pence mandase, todo sería mucho peor. Se lo resumo: esa gente no puede aceptar la igualdad entre las personas ni entre hombres y mujeres, y encima niegan el cambio climático. Hay que comenzar a echarlos del poder porque están locos y aplican unas políticas irracionales”. Y ante ese panorama, quiere “sacar a la gente durante un par de horas de este martirio constante”.
En su concierto del Razzmatazz, el músico estará arropado “por los mejores músicos con los que nunca” ha tocado”