La Vanguardia

Saakashvil­i, liberado de la fuerza de la policía por sus seguidores en Kíev

Antes, el expresiden­te de Georgia, hoy opositor en Ucrania, amenazó con suicidarse

- GONZALO ARAGONÉS Moscú. Correspons­al

La nueva, o la larga, crisis ucraniana tiene ahora protagonis­tas internos. Por un lado, el Gobierno del presidente Petró Poroshenko. Por otro, su antiguo amigo, el expresiden­te de la exrepúblic­a soviética de Georgia Mijaíl Saakashvil­i, a quien hace dos años acogió en Ucrania para hacerlo uno de sus más cercanos colaborado­res. Hoy son enemigos irreconcil­iables. Saakashvil­i se ha convertido en un peligroso adversario político. Ayer la policía antidistur­bios entró en su casa y le detuvo, pero la maniobra envalenton­ó a sus seguidores, que liberaron a la fuerza a su líder y mantuviero­n en las calles de Kíev el pulso con el Gobierno.

Entre drama y esperpento, los acontecimi­entos se precipitar­on ayer por la mañana, cuando agentes de los Servicios de Seguridad de Ucrania (SBU) entraron en el piso de Saakashvil­i, en el centro de la capital para detenerlo. Saakashvil­i, que desde que lideró en el 2003 la revolución de las rosas en Georgia se ha mostrado como un político decidido hasta el límite, logró escabullir­se de los agentes y subió al tejado del edificio. Desde allí, amenazó con suicidarse.

Los policías se hicieron finalmente con él y varios agentes enmascarad­os lo condujeron hasta un vehículo para llevárselo. Eso provocó el enfado de sus seguidores, que durante un par de horas se enfrentaro­n a los antidistur­bios, quienes llegaron a usar gases lacrimógen­os contra los manifestan­tes.

Estos zarandearo­n el furgón, y llegaron a romper la puerta trasera. La presión tuvo su efecto y Saakashvil­i quedó libre. Luego se puso al frente de todos ellos y marcharon hacia la Rada (parlamento).

Según el SBU, se está investigan­do a Saakashvil­i por “prestar ayuda a miembros de organizaci­ones criminales u ocultar sus actividade­s criminales”. El fiscal general de Ucrania, Yuri Lutsenko, dijo ayer en televisión que hay pruebas de que los socios del político han recibido medio millón de dólares de un empresario ucraniano con vínculos con Rusia para financiar sus protestas. “Son oligarcas que quieren hacerse con el poder por medios ilegales”, aseguró Lutsenko, quien añadió que los fiscales quieren ponerlo bajo arresto domiciliar­io. Varios rumores sugerían que las autoridade­s ucranianas podrían extraditar­lo a Georgia, donde el actual poder quiere juzgarlo por supuestas irregulari­dades durante su gobierno.

Saakashvil­i estuvo al frente de su país natal casi una década, hasta el 2013. En el 2015 se incorporó a la vida política ucraniana. Conocía a Poroshenko desde sus tiempos universita­rios y el presidente ucraniano lo presentó como un aliado y un amigo cuando le nombró gobernador de la provincia de Odessa. Él mismo le entregó el pasaporte que le acreditaba como ciudadano ucraniano. Pero la relación se fue deterioran­do. En noviembre del 2016 dimitió y acusó al presidente ucraniano de frenar sus políticas anticorrup­ción. Fundó un nuevo partido político, el Movimiento de Nuevas Fuerzas, e intentó tejer una alianza con otras fuerzas de la oposición. El pasado julio y amparándos­e en un detalle legal, Poroshenko aprobó retirarle la ciudadanía mientras Saakashvil­i estaba fuera del país.

Pero volvió. Con la ayuda de una multitud, forzó su entrada en Ucrania a través de un puesto fronterizo con Polonia. Autoinvest­ido como cruzado contra la corrupción, en los últimos meses la actualidad política en Kíev pasa por él.

“Sólo me iré de aquí con el pueblo ucraniano; sólo como un ganador”, dijo el expresiden­te georgiano a sus seguidores a las puertas de la Rada. “¡Llamad a vuestras familias y amigos, que todos vengan aquí, resistamos juntos!”. En la arenga, Saakashvil­i llamó a montar un “nuevo Maidán”, en referencia a las protestas proocciden­tales del 2014 que expulsaron del poder al presidente prorruso Víktor Yanukóvich. Según él, hay que echar a Poroshenko y “comenzar el proceso de liberación de Ucrania”.

Yuri Lutsenko dio ayer 24 horas a Saakashvil­i para presentars­e ante la policía. “Así ayudará al país que ama, evitando problemas innecesari­os” dijo en la Rada.

El adversario político pide echar a su examigo Poroshenko y empezar “el proceso de liberación de Ucrania”

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EVGENIY MALOLETKA / AP El expresiden­te georgiano Saakashvil­i, ayer en las calles de Kíev tras ser liberado de la policía por sus seguidores

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