Cómo se crea un buen lector
El hogar adecuado. La familia de origen propicia buenos lectores. Así, padres con estudios superiores y aficionados a la lectura favorecen la competencia lingüística de sus hijos. Y cuantos más libros luzcan en las estanterías, mejor. También influye el acceso a dispositivos digitales.
Lectura valorada. Resulta preocupante el descenso en las actitudes positivas de los padres hacia la lectura que se ha registrado en un conjunto de 31 países. Y sólo en dos la actitud ha mejorado. En este sentido, sólo el 32% de los padres aseguran que les gusta mucho leer y un 17% dicen que no leen nunca.
El primer contacto. Un inicio temprano con los cuentos favorece el gusto posterior por la lectura. Así, un 39% de los alumnos lectores declararon que sus padres leyeron o cantaron con ellos cuando eran muy pequeños. Asimismo, hay una relación positiva entre los años en los que el menor acude a escuela preescolar y los buenos rendimientos lectores.
Escuelas exigentes. Los buenos rendimientos en comprender los textos también van asociados a la exigencia académica de las escuelas y al sentimiento de pertenencia a estas.
Condiciones físicas. El 26% de los alumnos preguntados indican que pasan hambre a diario y un 15% señalan que debe ausentarse al menos una vez cada dos semanas. Estudiantes de este perfil resultan ser menos lectores que sus compañeros.
Actitud positiva. Una buena predisposición a leer está relacionada con un buen logro y eso sucede también a la inversa, a mejor rendimiento, más gusto por la lectura. Sin embargo, es alarmante que ya en 4.º de primaria una quinta parte de la clase no confíe en sus propias habilidades.
Ordenador. 14 países participaron también en el informe ePIRLS, que evalúa competencias digitales. Los lectores presentan menos dificultades para navegar