La Vanguardia

La víctima de ‘La Manada’: “Llegamos al cubículo y empecé a sentir miedo”

El interrogat­orio a la joven en el juicio describe su sentimient­o de angustia

- BARCELONA Redacción

Después de que la semana pasada quedara visto para sentencia el juicio por la presunta violación múltiple de una joven madrileña en los Sanfermine­s de Pamplona por parte de cinco jóvenes sevillanos autodenomi­nados La Manada, Diario de Navarra publicó ayer el texto íntegro con las respuestas de la chica al interrogat­orio de la vista, que se efectuó a puerta cerrada. En el relato, se describe cómo se llega a la situación y la sensación de desamparo de la mujer

durante los hechos que se juzgan.

Al referirse al momento en que se inicia la supuesta violación grupal, la joven describe: “Recuerdo la puerta, llegamos al cubículo ese, y fue cuando empecé a sentir más miedo. Me vi rodeada por aquellos cuatro, noté que me quitaban la riñonera, sujetador y me desabrocha­ban el jersey atado a la cintura. Empecé a sentir más miedo cuando me agarraron de la mandíbula y me acercaron para hacer una felación, y otro me agarraba de la cadera y me bajaba leggins. En ese momento estaba totalmente en

shock, no sabía qué hacer, quería que todo pasara rápido y cerré los ojos para no enterarme de nada y que pasara rápido”.

Esa es una de las respuestas que dio la joven al interrogat­orio de la fiscal Elena Sarasate, de la defensa y de las acusacione­s durante cuatro horas que reconstruy­en la versión de los hechos como los vivió la denunciant­e. Justo un momento antes de la respuesta anterior, explicó: “Me sorprendió la forma en la que me introdujer­on en el portal, porque no lo entendía, pero repito que no pensé en que

iba a suceder lo que sucedió”.

La relación de los hechos que hace la chica describe una situación terrible de la que no sabe cómo escapar: “No me daba la cabeza para pensar cómo puedo salir de allí. Me daba igual lo que pasaba. Me sometí para que acabara”.

La fiscal le preguntó si sintió miedo de lo que podía ocurrir en ese momento y respondió: “Cuando me vi rodeada sentí miedo, no sabía cómo reaccionar y reaccioné sometiéndo­me”. Sin embargo, no es capaz de describir los detalles, paralizada por una situación que sólo esperaba que terminara cuanto antes. “No sé lo que me obligaron a hacer ni cuánto tiempo duró, lo único que quería es que pasara. Sólo cerré los ojos y veía tatuajes en la tripa y en la zona alta de la pelvis”, refirió.

La narración llega al momento “en el que se fueron escalonada­mente, pero muy rápido”. “Dije que se fueron corriendo, pero yo no sé si corrieron fuera del portal”, añadió. “Yo estaba desnuda, con camiseta, me vestí, me puse el jersey y busqué la riñonera. Ahí me di cuenta de que habían robado el teléfono. La riñonera la tenía hacia el final del rellano, al lado de unos vasos de cubata. Quería el teléfono para llamar a mi amigo”, señaló. Pero no encontró el móvil, porque un miembro del grupo se lo había llevado.

Al salir del portal, la joven explicó: “Estaba en shock y al no encontrar el teléfono, porque mi intención era llamar a mi amigo que era lo único que tenía en Pamplona. Y al verme sola, sin teléfono, empecé a llorar muchísimo porque quería

“No sabía qué hacer, quería que todo pasara rápido y cerré los ojos para no enterarme de nada”

ir al coche y necesitaba tranquiliz­arme. Estaba hundida y me senté en un banco”. Poco después, una pareja la vio llorar y le ofreció ayuda. Fueron quienes llamaron a la policía.

La chica describe los días posteriore­s: “Al llegar a mi casa a los días sentía mucha culpabilid­ad. Pensaba que podía haber hecho más, que les estaba jodiendo la vida a cuatro personas, que era mi culpa lo ocurrido”. Cuando le preguntan el porqué de esa sensación, apunta: “Porque me podía haber ido, porque no tenía que haberme puesto a hablar con gente que no conozco, porque me separé de mi amigo, porque me quedé sola en una ciudad que no conozco. Me sentía muy culpable, se me quitaron las ganas de hacer cualquier cosa y necesitaba respirar. En mi cabeza estaba todo el rato pensando en esto”. Siempre insiste en que nunca hablaron de sexo y afirma que ha tenido secuelas psicológic­as de las que está en tratamient­o en la actualidad.

 ?? VILLAR LOPEZ / EFE ?? Carlos Bacaicoa, abogado de la joven madrileña, a su llegada al Palacio de Justicia de Navarra durante una sesión del juicio
VILLAR LOPEZ / EFE Carlos Bacaicoa, abogado de la joven madrileña, a su llegada al Palacio de Justicia de Navarra durante una sesión del juicio

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