La edad de jubilación en España sube con lentitud, se queja la OCDE
El organismo alerta del riesgo para nuevos pensionistas de la temporalidad y el paro
El rápido envejecimiento de los países más industrializados mantiene bajo constante escrutinio sus sistemas de pensiones. Sobre todo, en aquellos como España, donde el crecimiento de la población de más de 65 años es especialmente intenso, sólo superado a escala mundial por Japón. Con esta perspectiva, la OCDE recela del ritmo de incremento de la edad ordinaria de jubilación de los trabajadores españoles.
En su nuevo informe sobre pensiones, señala que, a pesar de haber previsto elevar la edad legal de jubilación hasta los 67 años para parte de los trabajadores en el 2027, la edad con una cotización completa en las próximas décadas sólo subiría hasta los 65 años. Según los cálculos de la OCDE sobre los actuales marcos legislativos, en el 2060 la edad ordinaria de los 35 países miembros aumentará hasta rozar los 66 años (1,5 años más que ahora en el caso de los hombres, dos para las mujeres). Por tanto, el registro para España es inferior a esta media y “sustancialmente” más baja de las proyectadas para Dinamarca (74 años), Italia (71) y los Países Bajos (71).
El organismo que dirige Ángel Gurría se decanta también por mejorar las cuentas del sistema de pensiones incrementando la tasa de ocupación entre los trabajadores de mayor edad. Al tiempo, destaca que la edad de salida del mercado laboral en España –indicador de la edad efectiva de jubilación– está estancando desde el 2010 sobre los 62 años, mientras que la media de la OCDE ha ido creciendo y ya se acerca a los 65 años. El elevado volumen de destrucción de empleo durante la crisis económica y las dificultades para los desempleados de mayor edad para volver a trabajar incluso en los primeros años de la recuperación podría explicar en buena parte esta diferencia de patrón.
Aunque el informe reconoce que la mayoría de los países con nivel de renta más alto reformaron su sistema de pensiones espoleados por la crisis económica, la OCDE se queja de que los reajustes sean más escasos y menos ambiciosos en los últimos dos años. Mientras, señalan, el envejecimiento de la población se acelerará. Las proyecciones de la ONU prevén que en el 2050 en España habrá prácticamente 76 personas a partir de 65 años por cada cien entre 20 y 64 años, es decir, en edad de trabajar. Hace dos años, la proporción era de 35 por cada cien. Sólo le supera Japón, donde la denominada tasa de dependencia llegó al 46,2% en el 2015 y se espera que en el 2050 alcance el 77,8%. “El envejecimiento continuo ejerce presión sobre la sostenibilidad financiera y la adecuación de los ingresos de los sistemas de pensiones”, aseguraron en la nota específica sobre España.
Tal y como recuerdan los expertos, la edad de jubilación es crucial para abordar la sostenibilidad de las pensiones, pero hay otras variables que tener en cuenta. El informe sobre pensiones de la OCDE hace referencia también a lo que reciben los pensionistas cuando se jubilan. Si se tiene en cuenta la tasa de sustitución, España figura entre las economías más generosas, con una relación entre la primera pensión media y el último
PROYECCIONES En el 2050, habrá 76 personas de al menos 65 años por cada 100 de entre 20 y 64 años
TRABAJAR MÁS TIEMPO La OCDE critica que la edad de salida del mercado laboral esté estancada desde el 2010
salario medio del 82%, cuando el promedio de la OCDE se sitúa en el 63% (la mayoría de estos cálculos parten de un trabajador tipo con carrera de cotización completa que se incorporó al mercado laboral a los 20 años). El estudio advierte de que en los próximos años esta tasa continuará siendo “relativamente alta”. En todo caso, el propio organismo internacional admite que, gracias a la última reforma, a partir del 2019 se aplicará un índice de reducción para las nuevas pensiones, vinculado a la esperanza de vida de los jubilados.
La precariedad del empleo en España, destacan, supone también un peligro para los ingresos de los futuros pensionistas. Así, recuerdan que un desempleo elevado y persistente “debilita” la acumulación de derechos para muchas personas en edad de trabajar. Junto al hándicap que supone el importante volumen de trabajadores con los contratos por tiempo definido (con un 26%, España duplica la tasa de temporalidad de la OCDE) y el consiguiente riesgo de tener cortas carreras de cotización.
Finalmente, llama la atención sobre los fuertes desincentivos que hay en España para que los jubilados trabajen y perciban a la vez toda su prestación.