CaixaBank concentra en DayOne su servicio a ‘start-ups’
La oficina quiere ser punto de encuentro financiero del ecosistema
CaixaBank inaugura en Barcelona su nuevo concepto de oficina DayOne, en la que concentrará sus servicios financieros a las startups. Se trata de una ubicación única en Barcelona, que junto a otra que funciona desde octubre en Madrid, y una tercera que se creará en Valencia, vehiculizarán los servicios de consultoría financiera de CaixaBank para empresas innovadoras en negocios tecnológicos, digitales y de ciencias de la vida.
Juan Alcaraz, director general de CaixaBank, explicó ayer que “DayOne cierra el círculo de la especialización iniciada en el 2007 con la creación de oficinas de empresas”. El proyecto DayOne está dirigido por Carlos Trenchs (hasta mayo fue director general de Caixa Capital Risc; los fondos de inversión en start-ups pertenecen ahora a Criteria). DayOne no se enfoca a canalizar inversiones a
start-ups, sino a acompañarlas como banco, explican. La nueva oficina, que depende del director territorial de Barcelona, Jordi Nicolau, está dirigida por Natàlia Moreno. Además, DayOne quiere posicionarse como un punto de encuentro y networking financiero dentro del ecosistema emprendedor barcelonés, por lo que a partir del primer trimestre del 2018 creará actividades con emprendedores o inversores, locales e internacionales. La oficina, que cuenta con un ágora para unas 50 personas, “debería ser un afterwork permanente, donde cada día pasen cosas”, añaden. DayOne asumirá el premio EmprendedorXXI, antes en Criteria. CaixaBank, cuyo consejero delegado es Gonzalo Gortázar, ya es el socio financiero del clúster digital Barcelona Tech City.
DayOne ocupa 600 m2 dentro del local de 2.000 m2 alquilado a la Cambra de Barcelona y donde también hay una oficina Store (de atención personalizada) y un centro de grandes empresas; cruzando la Diagonal, CaixaBank abrirá una oficina de banca privada: “una milla de oro” que escenifica la transformación del modelo de oficinas de la entidad. La DayOne de Barcelona arranca con 8 empleados y 435 start-ups, que ya eran clientes de CaixaBank; en Madrid, tiene un centenar. El objetivo es llegar a 4.000 clientes en un año.