Miradas en Estambul
La Fundació La Caixa lleva por primera vez a Turquía una treintena de retratos de su colección de arte contemporáneo
El museo de Pera de la capital turca acoge una exposición de retratos basada en los fondos de la Fundació La Caixa.
Aun tiro de piedra del Pera Palace –el antiguo hotel del Orient Express– el museo de Pera propone desde hoy un periplo internacional por el retrato contemporáneo. Un trayecto a lo largo de los últimos treinta años, con origen en Barcelona y con treinta paradas. ¡Mírame! Retratos y otras ficciones fue una exposición a medida para la inauguración del CaixaForum de Sevilla, en marzo, con fondos de la Fundació La Caixa. Una propuesta pictórica y fotográfica que interesó al citado museo turco y que, pocos meses después, ha recalado en Estambul, ligeramente adaptada y con diez obras menos.
Su interés se explica por la calidad de las piezas y porque, en la colección permanente de este excelente museo privado, ocupan un lugar preeminente los retratos de la época otomana. Algo que facilita el diálogo con la muestra de La Caixa, tratándose además de retratos modulados por un prisma particular, a menudo de notables turcos pintados por artistas europeos residentes o de embajadores europeos disfrazados de otomanos para la posteridad.
¡Mírame! hilvana un itinerario con varios puntos álgidos, como el excepcional Beast de Jean-Michel Basquiat o Maquillage de Antoni Tàpies. Sin olvidar la angustiosa instalación de Boltanski elaborada a partir de recortes de crímenes de El Caso, que ocupa toda una sala.
Destaca también la reminiscencia del arte flamenco, pero con un adolescente larguirucho en vambas, de Rineke Dijkstra. De Marlene Dumas, El profeta, que no es lo que parece –por suerte para ella– sino un solemne enfermo mental del Bagdad en guerra. De Gillian Wearing fascina su psicótica colección de retratos en qué él mismo se disfraza de miembros de su propia familia a partir de retratos antiguos: mujeres y hombres, jóvenes o viejos.
Mención especial merecen los autorretratos de la artista Janine Antoni, bustos clásicos mutilados –no por las embestidas del tiempo– sino con esponja (el de jabón) o a lametones (el de chocolate). También hay obras notables de Navarro Baldeweg, Cindy Sherman, Pedro Mora, Óscar Muñoz y Curro González.
En resumen, la exposición resalta cómo el arte contemporáneo le ha dado la vuelta a la reputación del retrato como género transparente. De cómo se pasó del rostro como espejo del alma, al rostro como representación, máscara o simulación.
La jefa de las colecciones de arte de Fundació La Caixa, Nimfa Bisbe, destacaba ayer en la presentación de Estambul cómo con los móviles todos nos hemos convertido en creadores de imágenes y narradores de ficción a partir de retratos en las redes sociales.
Look at me! Bana Bak!, como se ha traducido en Turquía, ocupa la tercera y cuarta planta del museo, mientras que en la segunda, en estas mismas fechas, se exhibe una muestra de fotografía del turco Cemal Emden, de los edificios más representativos de Louis Kahn.
Esta es la primera intervención cultural de Fundació La Caixa en Turquía, aunque su matriz financiera cuenta con una representación en Estambul.
Una entrada con buen pie, en un museo fruto de una feliz adaptación del hotel Bristol, levantado por un arquitecto griego en 1893, cuando Pera –o Gálata– resistía como barrio occidental de Constantinopla, con una mayoría de población levantina, griega, armenia, sefardí y de todas las naciones de Europa. La que fuera colonia genovesa durante la edad media aspiraba a ingresar en el siglo XX como arrondissement de París. Poco queda de aquello en la actual Beyoglu –la República de Turquía, a diferencia del Imperio Otomano, rebautizó todo lo que no sonaba turco– aunque el Pera Müzesi quiere seguir siendo un faro del diálogo entre Occidente y Oriente, entre la modernidad y la tradición.
Look at me! Bana Bak! podrá verse hasta el 4 de marzo. La Caixa estudia llevar la exposición a una ciudad española después de esta fecha.
El museo de Pera quiere ser faro del diálogo entre orillas, entre tradición y modernidad