Unir por la cultura
La falta de gobierno en Alemania aplaza las decisiones sobre la reforma del euro
En un nuevo intento de reforzar los lazos entre los países miembros de la UE, el Consejo Europeo propone la creación de una veintena de universidades europeas que permitan licenciarse combinando estudios en varios estados de la Unión.
La frase nunca salió de los labios de Jean Monnet, uno de los padres fundadores de la Unión Europea, “pero bien podría haberla dicho”, insisten en Bruselas: “Si tuviera que empezar de nuevo a construir Europa, lo haría por la cultura”.
En un momento en que los nacionalismos excluyentes resurgen en casi todo el continente, Europa vuelve a mirar a la cultura como instrumento para reforzar la identidad común y poner a punto su economía. Más allá de las grandes declaraciones filosóficas sobre el tema, los líderes europeos lanzarán la próxima semana una iniciativa muy concreta para alcanzar estos objetivos, la creación de una veintena de universidades europeas.
“La educación y la cultura son claves para construir sociedades inclusivas y cohesionadas, y para
mantener nuestra competividad”, afirma el borrador de conclusiones del Consejo Europeo que se celebrará la próxima semana en Bruselas, al que ha tenido acceso La Vanguardia. Aunque las competencias en este terreno son nacionales, la UE puede hacer más, sostienen los líderes europeos, que se comprometerán a “aumentar la movilidad y los intercambios de estudiantes” mediante una ampliación del programa Erasmus, una de las iniciativas comunitarias de mayor éxito de la historia de la Unión.
Los líderes europeos quieren impulsar la aparición en el 2024 de “alrededor de veinte universidades, que permitan a los estudiantes licenciarse mediante la combinación de estudios en varios países de la UE”, lo que a su vez contribuirá a reforzar la “competitividad internacional de las universidades europeas”, argumenta el texto. La iniciativa debería ponerse en marcha “de
abajo a arriba”, es decir, a partir del trabajo de las propias universidades, que trabajarán en red. El Consejo pedirá a la Comisión que haga recomendaciones “la próxima primavera” para llevarlo a la práctica.
Ahora que ya está bien establecido el reconocimiento de diplomas entre universidades europeas, la UE se planea tomar medidas similares en la educación secundaria e incentivar que los más jóvenes ha- blen dos idiomas aparte de la lengua materna. Una Tarjeta Europea del Estudiante facilitará la participación de los jóvenes en actividades culturales y educativas europeas, afirma el borrador de conclusiones, que afirma que el próximo presupuesto comunitario deberá tener en cuenta estas prioridades.
Las propuestas, hilvanadas por los líderes europeos en la Cumbre Social celebrada en Göteborg (Suecia) en noviembre, coinciden con algunas de las ideas lanzadas por el presidente francés, Emmanuel Macron, en su discurso en la Sorbona días después de las elecciones alemanas, en septiembre. Aquel día, Macron planteó reformas de mucho más alcance para “refundar” la UE mediante la creación de un presupuesto común de la zona euro, la elección de un parlamento y un ministro de Finanzas propios de la eurozona.
Las propuestas no han dejado de
La Comisión Europea ha presentado nuevas propuestas para modificar más a fondo la moneda única
coger polvo desde que Macron las enumeró. Angela Merkel aún no ha logrado formar gobierno y, aunque el posible pacto con los socialdemócratas abre la puerta a posibles reformas que habrían sido imposibles con los liberales a bordo (su primera opción), la canciller se ha mostrado muy cauta respecto a las ambiciones del líder francés. El apetito en Berlín hacia algunas de sus ideas es más bien escaso. En Bruselas, en cambio, hay hambre de más y la Comisión Europea intentó ayer elevar las ambiciones con la presentación de varias propuestas para reforzar los instrumentos anticrisis de la zona euro y comunitarizar su control, actualmente en manos de los gobiernos. La iniciativa, explican fuentes europeas, ha caído mal en el Consejo, donde ninguna delegación ha dicho que vayan a ser útiles.
El tema figura en la agenda de la cumbre especial del euro del 15 de diciembre. Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, la convocó pensando que a estas alturas del año, el tándem Macron-Merkel ya funcionaría y se podría balizar el alcance de las reformas y cerrar un acuerdo en primavera. El calendario se aplaza de nuevo. A la vista de que Alemania sigue sin gobierno, Francia sugirió que cancelara la cita. Tusk se ha negado, para no dar una mala señal a la opinión pública. Quizás no sea demasiado tarde para empezar por la cultura.