La Vanguardia

Abas advierte que se prende el fuego a “guerras que nunca acabarán”

Netanyahu habla de “día histórico” para Israel y de “paso decisivo hacia la paz”

- HENRIQUE CYMERMAN BENARROCH Jerusalén. Correspons­al

El discurso de Donald Trump tuvo un enorme eco en todo Oriente Medio, y provocó condenas generaliza­das en el mundo árabe y musulmán. En cambio, el premier israelí, Beniamin Netanyahu, se declaró “profundame­nte agradecido” a Trump por un “día histórico” y “un paso decisivo hacia la paz, porque no habrá paz que no incluya a Jerusalén como la capital de Israel”. El presidente palestino, Mahmud Abas, advirtió que la medida “ayuda a las organizaci­ones extremista­s” y “nos conduce a guerras que nunca acabarán”.

Políticos palestinos comparaban ayer la declaració­n de Trump con la subida a la explanada de las Mezquitas de Ariel Sharon, que provocó el estallido de la segunda intifada en septiembre del 2000. El ministro palestino Kadura Fares afirmó a La Vanguardia que “para los palestinos este es el beso de la muerte a la solución de los dos estados y a la conferenci­a de paz que el equipo de Trump lleva meses preparando”.

El movimiento palestino nacionalis­ta Al Fatah y los islamistas de Hamas declararon tres “días de la ira” ayer, hoy y mañana viernes, y se esperan grandes manifestac­iones en Cisjordani­a y la franja de Gaza. Las fuerzas de seguridad israelíes declararon una “alerta Trump”, con un despliegue de efectivos militares y policiales en zonas estratégic­as, preparándo­se para multitudes que puedan lanzar piedras y cócteles molotov, e incluso intentos aislados de atentados contra sus objetivos.

Fuentes de la oposición israelí que pidieron el anonimato afirmaron que “a lo mejor le viene bien a Trump, por motivos relacionad­os con las investigac­iones a que está sujeto y a las presiones de sectores republican­os conservado­res, desviar la atención de la opinión pública”. Y apostillar­on: “Quizás también pretenden desviar la atención de las investigac­iones por posible corrupción de Netanyahu”.

Las fuerzas de seguridad israelíes se reunieron ayer con urgencia durante todo el día, y prepararon un plan de alerta. Una serie de unidades que se están entrenando están a la expectativ­a de recibir órdenes. Según creen, el liderazgo religioso palestino de Jerusalén Este intentará controlar las protestas en la ciudad, con el eslogan de “Una Jerusaniza­ciones lén musulmana es el principio y el final de todo acuerdo”. La impresión es que tanto Hamas como sectores en el entorno del presidente Abas podrían intentar conducir al enfrentami­ento hacia la religión y la violación del statu quo en Haram al Sharif, la explanada de las Mezquitas o monte del Templo. En ese sentido, intentarán presentar la instalació­n de una embajada en Jerusalén occidental no como una decisión diplomátic­a, sino como la “apropiació­n de los cruzados de la mezquita de Al Aqsa”. Al Aqsa es la palabra clave que unifica a todos los sectores de la sociedad palestina. Hamas aprovecha para intentar salir de la crisis en que se encuentra a los 30 años de su fundación y habla de “la apertura de las puertas del infierno”. El exministro de Exteriores Nabil Shaat dijo que “todo contacto con EE.UU. sobre el proceso de paz será paralizado”.

En una rueda de prensa conjunta en Ankara, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el rey jordano, Abdalah, reiteraron sus amenazas contra Trump por el reconocimi­ento de Jerusalén. Erdogan afirmó que sólo “beneficiar­á a orga-

terrorista­s”, mientras que Abdalah reafirmó el derecho de los palestinos de “establecer un estado independie­nte con Jerusalén Este como capital”.

Justamente, el veterano líder palestino Mahmud Abas, debilitado sobre todo desde la elección de Donald Trump, ha logrado un éxito diplomátic­o al aglutinar al mundo musulmán a su alrededor con una serie de llamadas telefónica­s que le sirvieron también para lograr el apoyo del presidente egipcio, Abdul Fatah al Sisi, y del rey Salman de Arabia Saudí, un cercano aliado a Trump. Abas convierte el sueño israelí de normalizar la relación con los estados árabes sin los palestinos en una lejana fantasía.

Hoy, la gran manifestac­ión de protesta que organiza tendrá lugar no en la frontera con Israel, sino en el centro de Ramala, probableme­nte para evitar fricciones y que se pierda el control, como ocurrió en las intifadas anteriores. Todo repercutir­á sobre la intensidad de las protestas: desde la meteorolog­ía hasta el carácter algo más mimado e individual­ista de las nuevas generacion­es. Estas saldrán a la calle a protestar y enfrentars­e a las fuerzas israelíes si realmente interpreta­n las declaracio­nes de Trump como una tragedia nacional y personal.

Las declaracio­nes de los políticos

DESPLIEGUE POLICIAL Y MILITAR La seguridad israelí declara la “alerta Trump” ante probables protestas violentas

de la ANP presentan lo ocurrido como un drama sin precedente­s, por lo que el temor generaliza­do es que se produzca una escalada de tensión sin precedente­s en los últimos años. En octubre del 2000, el predecesor de Abas, Yasir Arafat, intentó controlar el tigre de las protestas de la intifada de Al Aqsa, pero rápidament­e perdió el control. Ahora, su sucesor, Abas –de 82 años–, se ve obligado a permitir que la calle se pronuncie. La cuestión palestina, desplazada en los últimos años por las guerras en Siria e Irak y la irrupción del Estado Islámico, podría volver ahora con toda la fuerza a la agenda internacio­nal.

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SAID KHATIB / AFP Jóvenes palestinos queman una imagen de Donald Trump en el sur de la franja de Gaza

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