Abas advierte que se prende el fuego a “guerras que nunca acabarán”
Netanyahu habla de “día histórico” para Israel y de “paso decisivo hacia la paz”
El discurso de Donald Trump tuvo un enorme eco en todo Oriente Medio, y provocó condenas generalizadas en el mundo árabe y musulmán. En cambio, el premier israelí, Beniamin Netanyahu, se declaró “profundamente agradecido” a Trump por un “día histórico” y “un paso decisivo hacia la paz, porque no habrá paz que no incluya a Jerusalén como la capital de Israel”. El presidente palestino, Mahmud Abas, advirtió que la medida “ayuda a las organizaciones extremistas” y “nos conduce a guerras que nunca acabarán”.
Políticos palestinos comparaban ayer la declaración de Trump con la subida a la explanada de las Mezquitas de Ariel Sharon, que provocó el estallido de la segunda intifada en septiembre del 2000. El ministro palestino Kadura Fares afirmó a La Vanguardia que “para los palestinos este es el beso de la muerte a la solución de los dos estados y a la conferencia de paz que el equipo de Trump lleva meses preparando”.
El movimiento palestino nacionalista Al Fatah y los islamistas de Hamas declararon tres “días de la ira” ayer, hoy y mañana viernes, y se esperan grandes manifestaciones en Cisjordania y la franja de Gaza. Las fuerzas de seguridad israelíes declararon una “alerta Trump”, con un despliegue de efectivos militares y policiales en zonas estratégicas, preparándose para multitudes que puedan lanzar piedras y cócteles molotov, e incluso intentos aislados de atentados contra sus objetivos.
Fuentes de la oposición israelí que pidieron el anonimato afirmaron que “a lo mejor le viene bien a Trump, por motivos relacionados con las investigaciones a que está sujeto y a las presiones de sectores republicanos conservadores, desviar la atención de la opinión pública”. Y apostillaron: “Quizás también pretenden desviar la atención de las investigaciones por posible corrupción de Netanyahu”.
Las fuerzas de seguridad israelíes se reunieron ayer con urgencia durante todo el día, y prepararon un plan de alerta. Una serie de unidades que se están entrenando están a la expectativa de recibir órdenes. Según creen, el liderazgo religioso palestino de Jerusalén Este intentará controlar las protestas en la ciudad, con el eslogan de “Una Jerusanizaciones lén musulmana es el principio y el final de todo acuerdo”. La impresión es que tanto Hamas como sectores en el entorno del presidente Abas podrían intentar conducir al enfrentamiento hacia la religión y la violación del statu quo en Haram al Sharif, la explanada de las Mezquitas o monte del Templo. En ese sentido, intentarán presentar la instalación de una embajada en Jerusalén occidental no como una decisión diplomática, sino como la “apropiación de los cruzados de la mezquita de Al Aqsa”. Al Aqsa es la palabra clave que unifica a todos los sectores de la sociedad palestina. Hamas aprovecha para intentar salir de la crisis en que se encuentra a los 30 años de su fundación y habla de “la apertura de las puertas del infierno”. El exministro de Exteriores Nabil Shaat dijo que “todo contacto con EE.UU. sobre el proceso de paz será paralizado”.
En una rueda de prensa conjunta en Ankara, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el rey jordano, Abdalah, reiteraron sus amenazas contra Trump por el reconocimiento de Jerusalén. Erdogan afirmó que sólo “beneficiará a orga-
terroristas”, mientras que Abdalah reafirmó el derecho de los palestinos de “establecer un estado independiente con Jerusalén Este como capital”.
Justamente, el veterano líder palestino Mahmud Abas, debilitado sobre todo desde la elección de Donald Trump, ha logrado un éxito diplomático al aglutinar al mundo musulmán a su alrededor con una serie de llamadas telefónicas que le sirvieron también para lograr el apoyo del presidente egipcio, Abdul Fatah al Sisi, y del rey Salman de Arabia Saudí, un cercano aliado a Trump. Abas convierte el sueño israelí de normalizar la relación con los estados árabes sin los palestinos en una lejana fantasía.
Hoy, la gran manifestación de protesta que organiza tendrá lugar no en la frontera con Israel, sino en el centro de Ramala, probablemente para evitar fricciones y que se pierda el control, como ocurrió en las intifadas anteriores. Todo repercutirá sobre la intensidad de las protestas: desde la meteorología hasta el carácter algo más mimado e individualista de las nuevas generaciones. Estas saldrán a la calle a protestar y enfrentarse a las fuerzas israelíes si realmente interpretan las declaraciones de Trump como una tragedia nacional y personal.
Las declaraciones de los políticos
DESPLIEGUE POLICIAL Y MILITAR La seguridad israelí declara la “alerta Trump” ante probables protestas violentas
de la ANP presentan lo ocurrido como un drama sin precedentes, por lo que el temor generalizado es que se produzca una escalada de tensión sin precedentes en los últimos años. En octubre del 2000, el predecesor de Abas, Yasir Arafat, intentó controlar el tigre de las protestas de la intifada de Al Aqsa, pero rápidamente perdió el control. Ahora, su sucesor, Abas –de 82 años–, se ve obligado a permitir que la calle se pronuncie. La cuestión palestina, desplazada en los últimos años por las guerras en Siria e Irak y la irrupción del Estado Islámico, podría volver ahora con toda la fuerza a la agenda internacional.