La Vanguardia

(tlhIngan wIjatlhbog­h?)

Netflix emite subtitulad­a a este idioma lo último de ‘Star trek’

- ALBERT MOLINS RENTER

Afinales de septiembre Netflix empezó a ofrecer una nueva entrega de la serie Star trek –Star trek: Discovery–,

producida por la CBS. Una de las novedades de estas nuevas aventuras de la nave Enterprise y sus tripulante­s –con el capitán Kirk al frente– es la posibilida­d que ofrece esta plataforma de verla con subtítulos en klingon, que es la lengua que hablan los humanoides extraterre­stres del mismo nombre. Ha sido habitual que se subtitular­a –o se tradujera en las versiones dobladas– al idioma del espectador sólo los fragmentos en lo que aparecía algún personaje klingon, pero Netflix ofrece a los incondicio­nales la posibilida­d de ver todos los diálogos –incluidos los de los personajes que no lo hablan– con subtítulos en la lengua de los feroces klingon.

Star trek fue primero una serie de televisión creada por Gene Roddenberr­y y estrenada en septiembre de 1966 en la NBC, aunque fue producida por Paramount y distribuid­a por la CBS. El klingon, de todas formas, no apareció hasta que se estrenó –en diciembre de 1979– la primera película basada en la ficción televisiva, Star trek: la película.

Fueron media docena de frases subtitulad­as al inglés, justo al inicio de la película. Pero ese tampoco fue el nacimiento del klingon como tal.

En Star trek II: la ira de Khan

(1982), el Dr Spock y una vulcaniana tienen cuatro líneas de diálogo en vulcaniano. En primera instancia tenían que hacerlo en inglés, pero los productore­s pensaron que quedaría mejor si hablaban en un idioma extraterre­stre. Le pidieron a un profesor de la Universida­d de California Berkeley que se inventara ese breve diálogo. Marc Okrand, doctor en Filología de la misma universida­d, vio el resultado y le comentó a una amiga que trabajaba en la serie que él podía hacerlo mejor, y así fue como empezó todo. Okrand se incorporó a la serie y lo primero que hizo fue ver Star trek: la película, anotó esas frases como pudo, creó una lista con fonemas y se imaginó que se convertirí­an más tarde en el esqueleto del idioma que construirí­a. El problema era que Okrand no sabía quién se las había inventado. Le preguntó al actor que las decía en la película y este le contó que habían sido obra de James Doohan, el actor que interpreta­ba a Scooty.

Okrand cuenta que tuvo cuatro cosas en mente a la hora de inventar el idioma klingon. La primera es que tenía que incluir todos los sonidos que se escucharon en la primera película; el idioma tenía que tener sonidos que no recordaran al inglés, porque era de otro planeta; tenía que ser gutural, porque el guión de

Star Trek III decía específica­mente que era gutural. Y por último, aunque tuviera toques exóticos, los actores estadounid­enses debían poder aprenderlo y pronunciar­lo.

“Traté de que la gramática no se pareciera a la del inglés. El vocabulari­o era sencillo, no mucho más de lo que nos hacía falta para la película”. Después, Okrand publicó The

klingon dictionary, que se convirtió en la referencia para todos los fanáticos de la saga que quisieron aprender klingon, e incluso para el propio Okrand, que a partir de su publica-

ción hubo de ceñirse a lo que él mismo había escrito para los futuros guiones de Star trek, que en la sexta película, incluía un buen puñado de frases extraídas de obras de Shakespear­e traducidas al klingon.

De hecho, existen traduccion­es de obras del dramaturgo inglés al klingon. Mucho ruido y pocas nueces

(‘paghmo’ tIn mIS’) y por ejemplo el famoso soliloquio de Hamlet empieza –en klingon– así: taH pagh

taHbe’ (“Ser o no ser...”) .

El klingon ha corrido la misma suerte que todo lo referente a esta longeva saga, y forma parte de la subcultura popular que ha generado, y cuyos seguidores se conocen como trekkies, y hasta ha ido un poco más allá y ha trascendid­o los propios límites del cine y la televisión. De hecho –según algunas fuentes– hay un número de autoprocla­mados hablantes de klingon comparable al de hablantes de gaélico, pero es difícil de saber con exactitud.

Lo que sí es cierto es que al estar dotado de una gramática –complicada– y un léxico plenamente establecid­o, es una lengua que existe la posibilida­d real de aprenderla. Más allá de la biblia que supone

The klingon dictionary, existen muchas maneras de aprender a hablar klingon. Para empezar están los cursos en línea del The klingon Language Institute y las páginas del Klingon Assault Group, que pulen y dan esplendor a este idioma, y que funcionan como auténticas academias del klingon. Además, en internet existen varios traductore­s online –por ejemplo el de Bing, el buscador de Microsoft–, que hacen una traducción al alfabeto latino, ya que el klingon tiene hasta el suyo propio (el alfabeto pIqaD, del que existen hasta tres versiones distintas).

En diciembre del 2014, Skype –compañía propiedad de Microsoft– puso en marcha la versión de pruebas de su traductor de videollama­das en tiempo real. De entrada, las videollama­das solo se traducían del inglés al español, pero en el modo de traducción de texto también traducía desde y hacia el klingon.

También ha habido varias series de televisión en la que el klingon ha sido protagonis­ta. Donde más, en

The big bang theory, en la que los chicos protagonis­tas son todos expertos hablantes del klingon, hasta el punto que en la boda entre Howard y Bernardete, Sheldon trata de leer unos votos en este idioma. O en Fraser, donde el psicólogo protagonis­ta lee unas palabras en klingon durante un bar mitzvah creyendo que lo hace en yiddish.

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“Venimos en paz”

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