CUADERNO BARCELONÉS
JUNIOR FC: 100 a 0
El Junior FC acaba de festejar por todo lo alto el primer centenario de su fundación. En el jardín de Can Serrahima, en la sarrianense calle Caponata, 5, Maurici Serrahima y sus amigos quinceañeros no paraban de jugar a fútbol, lo que les indujo a fundar este club en 1917. No sólo le daban al balón, y bien, sino que los socios practicaban con aprovechamiento singular otros deportes, amén de toda una serie de actividades culturales. Y para aportar ingresos atípicos que ayudaran a equilibrar la economía de la entidad, llegaron a representar nada menos que 23 óperas inéditas en España, en el Tívoli, el Coliseum y el Liceu, siempre muy elogiadas por la crítica. Pero el rasgo más inusual que ha modelado con fuerza la personalidad del Junior ha sido el haber querido cultivar por encima de todo, de los triunfos a cualquier precio e incluso del deporte en sí mismo, valores éticos y amistades estrechas, hasta el punto que suele ser común reconocer, no sin emoción, que es sentido el club como una prolongación de la familia. Y este trazo tan singular y genuino se confirmó de forma manifiesta la noche del pasado 1 de diciembre en el ambiente que presidió la cena con más de cuatrocientos asistentes. Larga vida al Junior.