Una apertura con apoyo de cañones
Las estaciones se han puesto las pilas y han mejorado los parques de nieve producida
Las estaciones lo tienen claro. La apertura anticipada de la campaña blanca favorece con creces el negocio de la nieve. Sea con más o menos grosor de elemento blanco, los esquiadores quieren comenzar la temporada en otoño. No en vano, y para afianzar el arranque y asegurar el invierno en caso de sequía, los centros invernales siguen firmes a la apuesta de la modernización de los parques de nieve producida.
La temporada de esquí comienza oficialmente, con o sin precipitaciones naturales, coincidiendo con el puente de la Inmaculada. El debut de la campaña promueve de media el 12% de la facturación global del invierno. Un registro que este año podría cerrarse a la alza teniendo en cuenta el doble puente.
Cierto que los cambios de tiempo del otoño han dejado nieve temprana en algunos sectores. Una climatología que ha permitido igualmente poner en marcha la producción de nieve. Con el fin de asegurar el maná blanco, las estaciones no han escatimado esfuerzos y la adquisición de nuevos cañones, de mayor eficiencia, ha marcado la pauta de las estaciones españolas, con una inversión global que ha ascendido a unos 26 millones de euros.
La nueva tecnología de los aspersores procura mayor cantidad de nieve en menor tiempo, con menor consumo energético y funcionando incluso con temperaturas positivas. Así lo explica Mauro Peresson, agente de los cañones TechnoAlpin España. Y añade que “los nuevos cañones producen 15 veces más nieve que los que se instalaron en las pistas hace 20 años”.
Masella es toda una experta en la materia. Hay que recordar que la estación de La Cerdanya abrió el pasado día 10 de noviembre gracias a una primera nevada, pero sobre todo por este tipo de cañones. En opinión de David Sirvent, jefe de montaña de dicha estación, “si la temperatura y la humedad son adecuadas, en 72 horas se puede abrir un pista sólo con el trabajo de la nieve producida”.
Sin aditivos añadidos, sólo agua y aire, la nieve de cañón es la misma que la caída de forma natural. El agua utilizada para su producción procede mayoritariamente de embalses artificiales.
Así, la nieve producida ayuda a reponer los puntos claves de una estación pero también puede alargar los días de esquí. Xavier Nolla, director general de Masella, añade que “el hecho de tener todos los ejes básicos y el desnivel esquiable acondicionados con cañones garantiza la calidad de la nieve y asegura el funcionamiento de la temporada”.
Los nuevos aspersores son capaces de producir 15 veces más nieve que los que se instalaron hace 20 años