Arrimadas frena la euforia por los sondeos y llama a la movilización
Rivera vincula la victoria en Catalunya con el inicio de una nueva etapa en España
Los sondeos positivos suelen propiciar sentimientos encontrados en el equipo de campaña del candidato más favorecido. Verte en cabeza o cerca de la victoria resulta una inyección de moral indudable en ese cóctel de emociones que es una caravana electoral, pero, por otro lado, los estrategas suelen temer que unas buenas previsiones tengan un efecto desmovilizador entre un electorado que pueda pensar que la victoria es cosa fácil.
Para evitar cualquier tipo de duda, después del sondeo publicado por este diario que da opciones a Cs de ganar en número de votos y escaños, Inés Arrimadas y Albert Rivera llamaron ayer a la movilización para enterrar “con votos naranjas la etapa negra del proceso independentista”.
La “batalla por Tarragona” de los partidos constitucionalistas vivió este domingo su segunda jornada. Después del mitin sabatino del candidato del PSC, Miquel Iceta, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ayer Ciutadans celebró su acto central en la ciudad de Tarragona, que reunió a unas 1.500 personas.
En las aspiraciones de Cs de pelear de tú a tú con ERC y Junts per Catalunya el 21-D, repetir o aumentar el buen resultado en Tarragona de las elecciones del 2015 –cuatro diputados y el 19,1% de los sufragios– es indispensable, obligatorio.
Así, los mensajes a la movilización constitucionalista fueron muchos
y repetidos, con guiños especiales para la ciudad de Tarragona, a la que Rivera calificó de “punta de lanza” del partido y de bastión contra el independentismo el 21-D. “Las encuestas son un termómetro de la sociedad, indican que ganar al nacionalismo en las urnas no es una utopía, así que hay movilizarse e ir a votar”, afirmó Arrimadas. “Los sondeos no pueden servir para confiarse, sino para acudir con confianza a las urnas” ,remarcó Rivera, quien vivió en carne propia en las dos últimas generales lo que es quedar la noche electoral por debajo de los
vaticinios demoscópicos. No obstante, recuerdan los veteranos del partido, en Catalunya siempre ha pasado lo contrario: los votos fueron muchos más que los esperados.
“Tarragona tiene que tener estas elecciones un papel decisivo. Ya fue un muro de contención contra el separatismo el 21-D, ahora tiene que ser más naranja que nunca”, pidió Arrimadas a un público entregado, a quienes reiteró su compromiso de Cs para trabajar en el Parlament y el Congreso por el desarrollo del corredor del mediterráneo. Una infraestructura que demuestra, afirmó, que la sociedad “avanza hacia la conexión entre España, Catalunya y Europa”, justo lo opuesto de la “desconexión” que plantean los independentistas.
En un discurso que a medida que avanza la campaña incorpora matices presidencialistas, Arrimadas se postuló como la candidata del “seny, la concordia y la verdad” frente a la “fractura social, económica y política” con la que se ha resuelto, a su juicio, los cinco años de proceso. Avisó en este sentido de que si los independentistas gobiernan tras el 21-D volverán a la vía unilateral y de choque con el Estado. “Son los mismos y harán lo mismo, no se han vuelto constitucionalistas de repente”, subrayó.
Tanto el sábado en Girona como ayer en Tarragona, donde han presentando
Ciutadans reclama en Tarragona ante 1.400 personas que se impulse el corredor ferroviario del Mediterráneo
un nuevo cartel y slogan –“Ahora sí, cambio”– para el segundo tramo de la campaña, Cs ha empezado a mostrar una nueva estrategia en la que esboza de forma más nítida el perfil presidenciable de Arrimadas, centrando sus críticas especialmente en el expresidente Carles Puigdemont, algo en Oriol Junqueras, e ignorando a PSC y PP. Los ataques más duros a populares y socialistas los está protagonizando Rivera. “Puigdemont ha sido el presidente del proceso, yo quiero ser la presidenta de la convivencia”, afirmó Arrimadas, para después lamentar la “huida” del líder independentista a Bruselas, “dañando” la imagen de Catalunya.
Albert Rivera amplió el foco a la política española y sostuvo que una victoria de Cs en Catalunya, frente al “conformismo del PP y los complejos del PSC”, será el primer paso para el inicio de “una nueva etapa en España”.